Edificio de Bankia en Madrid/REUTERS/Susana Vera/Files

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La usucapión de Bankia

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Por Mario Martín Lucas

En la edición de El País del 12 de julio de 2005 se recogía la presencia en España de una delegación del FMI, entonces presidido por Rodrigo Rato, que se cuestionaba el modelo de las cajas de ahorro, incidiendo en tres cuestiones: “la entrada de las cajas en las empresas, cuya inversión se ha duplicado en cinco años hasta llegar a los 23.000 millones; la imposibilidad de que los bancos compren cajas, aunque éstas sí pueden hacerse con entidades financieras privadas y, por último, el sistema de propiedad y de gestión de las entidades de ahorro”, mostrando su extrañeza por esas particularidades.

La historia de la especial fijación de Rato, y el equipo económico de su partido político, sobre la propiedad de las “cajas de ahorro” ya venía de lejos. De hecho tras ganar las elecciones generales el 3 marzo de 1996 y tomar posesión Aznar el cuatro de mayo, una de las primeras iniciativas tomadas desde el Ministerio de Economía fue situar a Miguel Blesa en el Consejo de Administración de Caja Madrid durante ese mismo mes, y el día treinta, según “Economia16” del 31.05.1996, Rato se entrevistó con Jaime Terceiro y le solicitó que aceptara su sustitución, ofertándole, como alternativa, la Presidencia de Iberia, lo que éste rechazó. Pero cuatro meses después, el diez de septiembre, tras tener constancia que los representantes de IU en el Consejo de Administración de Caja Madrid (José Luis Acero y José Antonio Moral Santín), más los representantes sindicales y los 8 del PP sumaban 12 de los 18 votos del consejo, y apoyaban la candidatura de Blesa para presidir Caja Madrid, presentó su dimisión.

En El Mundo del 06.02.2000, sección “nueva economía”, aparecen los datos de las cuotas de mercado de “bancos” y “cajas” a final de tercer trimestre de 1999; en cuanto a créditos, los “bancos” representaban el 53,94%, mientras que las “cajas” suponían el 41,43%, pero por la parte de los “depósitos” los “bancos” tenían una cuota del 42,48% y las “cajas” el 51,44%, rentabilizando esa diferencia, o gap, de depósitos a favor de las “cajas” prestando a los “bancos” a través del interbancario, es decir los “bancos” dependían de las “cajas” para hacer su negocio o, al menos, de su liquidez.

La usucapión llevada a cabo con Bankia, con su antecedente Caja Madrid, y con todas las “cajas” ha sido a través de una explosión controlada desde el interior, a través de la gestión de “responsables” políticos sin experiencia financiera que han sido instrumentos necesarios para llevarlas a un crecimiento desmedido a través de riesgos mal calculados, conduciéndolas a ser deudores dependientes de los mercados financieros, en lugar de lo que siempre fueron: acreedores con las mayores tasas de solvencia a nivel europeo.

Para cumplir con el plan de la “usucapión”, un Presidente ejecutivo como Blesa, débil y manejable (ver “correos de Blesa”), era el adecuado, aunque no deja de tener bastante sentido la aparición en escena, en esta historia, de Rato, primero como ministro de Economía de España y su plan para privatizar las cajas de ahorro (ver El Mundo del 18.02.2001, sección “nueva economía), luego como gerente del FMI para desde dicho estamento seguir “disparando” contra la propiedad de las cajas de ahorro en España (ver El País del 12.07.2005) y finalmente como último Presidente de Caja Madrid y primero de Bankia, siendo responsable de dos decisiones asombrosas para alguien de su curriculum y experiencia: a) la integración de Caja Madrid con Bancaja y b) la salida a bolsa de Bankia por, unos insuficientes, 3.000 MM euros.

Too big to fall es la expresión utilizada para argumentar los riesgos sistémicos de dejar caer una entidad como Bankia, por ello se solicitó el plan de ayudas financieras diseñado desde Bruselas, cuya contraparte la han soportado todos los españoles a través del incremento de deuda pública asumido por el Reino de España, por 24.000 MM euros, lo cual supone unos 500 euros por cada español.

Para recuperar el importe de las ayudas públicas inyectadas en Bankia, a través de la venta del paquete de acciones que mantiene el FROB en ella, la cotización de su acción se debería incrementar un 350%, lo cual no es previsible que suceda en los próximos años, pero lo que sí podrá pasar es que uno de sus antiguos competidores, un gran banco español, realice algún planteamiento, como podría ser una OPA, y adquiriese Bankia a un precio muy inferior al de las ayudas, con lo cual se habría cumplido lo afirmado en el título de este artículo: “La usucapión de Bankia” y nos encontraríamos resuelta la situación alertada por los enviados del FMI que visitaron Madrid en julio de 2005, cuando Rato era su Presidente, ya que ahora estaría muy claro quien tendría la propiedad de Bankia, como de otras antiguas “cajas”: los propietarios de su capital, pero habría muchos perdedores en esa batalla, además de los preferentistas e inversionistas, los 6.000 empleados que han perdido su trabajo, 539 de manera forzosa, y todos los españoles en general.

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