Hitler y Rosenberg.

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Los horribles experimentos de Hitler

Nora Vázquez Martínez
Publicada
Actualizada

El Partido Nazi estuvo en el poder desde 1933 hasta 1945, cuando se vio abocado a la desaparición tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces ha pasado a la Historia como responsable de algunas de las peores atrocidades de las que el ser humano es capaz. El racismo era un elemento clave dentro del régimen nacionalsocialista, al creer que la raza aria era la que estaba llamada a dominar a las demás. En particular, Adolf Hitler y su partido tenían un odio especial hacia los judíos, víctimas de toda clase de persecuciones durante el reinado del terror a manos de los seguidores de la cruz gamada.

Hubo que esperar a que terminara la Segunda Guerra Mundial para comprobar con horror el alcance de los crímenes contra la humanidad cometidos por el Tercer Reich. Los famosos juicios de Nuremberg juzgaron y sentenciaron a los responsables políticos de los desmanes nacionalsocialistas. Y no solo se depuraron responsabilidades políticas: también desfilaron por el estrado muchos médicos que admitieron haber realizado prácticas criminales totalmente contrarias a la deontología de su profesión.

Aquí se encuentran algunos de los peores experimentos nazis que resultaron en la muerte, mutilación y tortura psicológica de millones de seres humanos:

1. Experimentos nazis de congelamiento: los experimentos de congelamiento se llevaron a cabo debido al deseo del Alto Mando nazi de prepararse para las frías temperaturas del Frente Oriental durante la Operación Barbarroja. Estos experimentos estaban destinados a simular las condiciones a las que los soldados alemanes tenían que enfrentarse cuando combatían al enemigo ruso (cabe destacar que eran responsables de la muerte de miles de efectivos de la Wehrmacht debido al congelamiento y a diversos problemas médicos relacionados con el terrible frío ruso).

Uno de los métodos de congelación era sumergir a judíos en un tanque de agua helada. Los doctores de Hitler lograron concluir que la mayoría de los desgraciados "voluntarios" perdían la conciencia y fallecían una vez que su temperatura corporal descendía por debajo de los 25 ºC.

Ahora bien, la barbarie nazi no terminaba con la congelación. Los doctores nazis empleaban diversos (e inhumanos) métodos de resucitación con las víctimas que no habían muerto en el tanque de agua helada. Incluían baños calientes, copulas forzadas en las que se obligaba a mujeres a tener sexo con hombres inconscientes y lámparas abrasadoras.

El peor método, sin duda, era la irrigación interna, que consistía en calentar agua hasta el punto de ebullición e introducirla en la vejiga, en el intestino y el estómago. Nadie sobrevivía a esto.

2. Experimentos nazis con malaria y hepatitis A: más de 1000 víctimas estuvieron involucradas en los experimentos nazis con la malaria. Los doctores de Adolf Hitler inocularon a próposito la malaria en sujetos sanos, o bien haciendo que mosquitos portadores de la malaria infectaran a los pacientes, o bien inyectándoles directamente sangre infectada.

Los síntomas de la malaria incluyen fiebres y cefaleas prolongadas, que pueden terminar en coma y en la muerte. Una vez que los efectos de la malaria se presentaban, los médicos de Hitler seguían inyectando malaria en las venas de sus víctimas, para garantizar que la enfermedad estuviese bien presente en la sangre. Estos crueles experimentos resultaron directamente en la muerte de casi la mitad del total de víctimas de estos experimentos.

Al igual que ocurría con la hepatitis A, a las víctimas se les inyectaba la enfermedad directamente y luego se procedía a estudiar la evolución de su prolongado sufrimiento. Cabe destacar que la hepatitis A causa ictericia, dolor abdominal, fiebre y náusea extrema. La mayoría de las víctimas de los campos de Sachsenhausen y Natzweiler fueron polacas y muchas murieron como resultado de la inoculación forzada de la enfermedad, mientras que otras experimentaros terribles padecimientos.

Tras la Segunda Guerra Mundial, solo prosperó un juicio contra una de las personas involucradas en este infame experimento: Karl Brandt, jefe del programa de eutanasia nazi. Cabe destacar que no solo los nazis llevaron a cabo experimentos horribles. Por ejemplo, los japoneses llevaron a cabo experimentos humanos que nada tuvieron que envidiar en crueldad a los de la Alemania de Adolf Hitler.

Sin duda, la Segunda Guerra Mundial pasaría a la historia no solo como una de las guerras más cruentas, sino como una contienda que despertó el lado más oscuro y depravado del ser humano. Paradójicamente, hoy en día, aquel país que bajo el reinado de Hitler podría haber dominado el mundo, es el que maneja de alguna manera los hilos de Europa tras el nombre de Angela Merkel. La historia no debe ser olvidada…

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