Mientras Hollywood y Las Vegas eran un hervidero de celebrities embriagadas de éxito, drogas, alcohol y escándalos sexuales, a casi 200 kilómetros al este de La Meca del Cine una desconocida ciudad no tardaría en ser objeto de deseo de los ricos y famosos. Es Palm Springs. Quien la puso en el mapa fue Frank Sinatra en la década de los 40 cuando mandó erigir una mansión para que junto a su esposa Nancy Barbato y sus hijos, Nancy (83), Tina (75) y Frank Jr. (1944-2016), pudieran disfrutar de un retiro alejado del mundanal ruido.

Tras el divorcio se convirtió en el escenario ideal para las icónicas peleas del intérprete de My way con su segunda esposa, Ava Gardner. En esta mansión tuvieron lugar los primeros encuentros entre Marilyn Monroe y John F. Kennedy mientras este seguía casado con Jackie. En Palm Springs también se dejaron caer también Sammy Davis Jr., Dean Martin o Peter Lawford, los principales mientras del Rat Pack que tantas juergas protagonizaron durante varias décadas.

A medida que fueron pasando las décadas, los alrededores de Palm Springs se convirtieron en refugio de legendarias estrellas. En el exquisito enclave de Rancho Mirage rodeado de campos de golf y balnearios residieron Ginger Rogers, Jerry Lewis, el expresidente Gerald Ford o Barbara Sinatra, última esposa del cantante. A finales de los noventa la zona denominada Greater Palm Springs, que comprende no solo Palm Springs y Rancho Mirage, sino también Indio, la localidad más cercana al Valle de Coachella.

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Paris Hilton en Coachella.

En 1999, Paul Tollett y Rick Van Santen cofundaron el Festival de Música y Artes de Coachella Valley o, simplemente, conocido a nivel popular como Coachella. Considerado uno de los encuentros más rentables y multitudinarios de la historia, este macroevento se celebra durante dos fines de semana consecutivos en abril que congregan idénticas actuaciones para que todos los asistentes no se pierdan detalle. Este fin de semana del 20 al 22 tiene lugar la última cita donde la moda se fusiona con el rock, el pop, el punk o el indie.

Coachella cumple 25 años. A lo largo de su historia los famosos de todos los ámbitos han protagonizado infinidad de anécdotas que han hecho las delicias de los más chismosos. Con motivo de esta efemérides, EL ESPAÑOL recopila algunas de estas historietas jugosas.

Los rumores sobre el uso de drogas han sido recurrentes. A Vanessa Hudgens (35), la exestrella de Disney que actualmente está esperando su primer hijo, la pillaron en la edición de 2011 con una sustancia blanca en las manos. Muchos dijeron que la protagonista de la saga High School Musical había estado consumiendo cocaína, pero si se miraban detenidamente las imágenes se podía observar que el producto era demasiado denso como para ser polvos. Se descubrió que era chocolate blanco derretido. En una entrevista para Cosmopolitan, la actriz dijo que "no podía hacer otra cosa que reírme. Es increíble cómo a la gente le gusta crear algo de absolutamente nada".

Vanessa Hudgens en el Festival de Coachella de 2011. Gtres

En 2014, algunos testigos confirmaron a varios medios que la ex niña prodigio Lindsay Lohan (37) estaba tomando éxtasis, algo que no resultaba extraño teniendo en cuenta su largo historial de escándalos, delitos y adicciones. Rihanna (36) tampoco fue inmune a estas especulaciones porque en 2015 un vídeo de Vine que posteriormente fue eliminado la mostraba sujetando un pequeño objeto blanco y poco después se pellizcaba las fosas nasales. La de Barbados no tardó en reaccionar al publicar en Instagram que lo que había estado haciendo era mezclar tabaco con marihuana. "¡Quién esnifa tabaco!", sentenció.

El escándalo de las drogas también llegó a una de las exinquilinas de la Casa Blanca. En 2016 se dijo que Malia Obama (25), primogénita de Barak (62) y Michelle Obama (60), había estado fumando porros. Las historias de amor entre famosos de diferentes ámbitos han dado mucho de qué hablar. En 2022, a Heidi Klum (50) y Tom Kaulitz (34) no les importó que les fotografiaran mientras se besaban en el suelo en 2022 y KJ Apa (26) -protagonista de Riverdale- y su entonces pareja Clara Berry dejaron a su hijo Sasha en casa para pasar una velada inolvidable. En el 2017 Emma Roberts (33) y Evan Peters (37) -ambos protagonizaban The American Horror Story- se relajaban en el suelo mientras tomaban algo y Selena Gomez (31) y The Weeknd (34) se besaban y abrazaba románticamente mientras escuchaban uno de los conciertos.

En 2013 Leonardo DiCaprio (49) bailaba animadamente con una joven desconocida a quien los medios identificaron después como Irina Shaik (38), que posteriormente se convirtió en madre con Bradley Cooper (49). El año pasado se rumoreó que el protagonista de Titanic y la top model rusa se habían reconciliado durante su asistencia a Coachella.

Entre los momentos más épicos en la historia del festival está el morreo que Madonna (65) le propinó a Drake (37) en 2015. A tenor de las imágenes emitidas por la CBS News parecía que el rapero se sintió bastante incómodo ya que aparentemente se le veía apartando a la intérprete de Like a Virgin antes de limpiarse la boca.

Dos años después, Beyoncé (42) dejó desolados a sus fans ya que en el último momento emitió un comunicado público en el que afirmaba no poder trabajar ya que habría puesto en peligro su embarazo gemelar. En 2018, nueve meses después de dar a luz a Rumi (6) y Sir Carter (6), protagonizó el concierto más impactante de Coachella convirtiéndose, además, en la primera mujer negra en ser cabeza de cartel en la historia del mítico festival. Por esta actuación, Homecoming -aunque algunos lo llaman Beychella- que aún se puede ver en Netflix, ganó un Emmy. 

El siempre polémico Kanye West (46) -exmarido de Kim Kardashian (43) y padre de sus cuatro hijos y que últimamente está haciendo el ridículo por las calles de Los Ángeles al mostrar a su segunda esposa, Bianca Censori (29), prácticamente desnuda- canceló abruptamente una actuación en 2022. Se suponía que tenía que actuar conjuntamente con su excuñado Travis Scott (32), expareja y padre de los dos hijos de Kylie Jenner (26). Paradójicamente, la historia de amor de esos dos últimos surgió en el festival en abril de 2017.

El rapero y productor discográfico, cuya fortuna Forbes estima en 400 millones de dólares, no había sido lo suficientemente buen profesional porque no había preparado bien su actuación. Además, esta decisión estaría también influenciada por la enemistad que tenía con Eilish, ganadora de dos Oscar a la mejor canción original en 2022 y 2024. En aquella edición los cabezas de cartel también eran Harry Styles (30) y Billie Eilish (22).

El año pasado, las decenas de miles de asistentes se llevaron una sorpresa cuando de repente apareció en el escenario Zendaya (27). La cantante y actriz, que triunfa con la serie Euphoria junto al nuevo galán Jacob Elordi (26), cantó junto al solista y productor Labrinth los dos temas principales de cada una de las temporadas, All for Us y I’m Tired.

Justin Bieber (30) parece que se está recuperando de sus problemas de salud tras haber cancelado el año pasado su gira mundial porque hace unos días reapareció en Coachella. En la edición de 2015, el cantante fue objeto de la polémica porque los guardaespaldas de Drake le echaron de la zona vip aduciendo que el aforo estaba completo. Bieber se quejó al afirmar que no podía estar entre la multitud porque corría peligro entre sus fans.

Alessandra Ambrosio su polémica imagen de Instagram en 2014.

Uno de los momentos que más ampollas levanta el festival está relacionado con la vestimenta de algunos de los famosos a los que han llegado a acusar de apropiación cultural. Alessandra Ambrosio (43), exmodelo de Victoria's Secret, posaba en 2014 en Instagram con un tocado de plumas acompañado por la leyenda "cada vez más inspirada para Coachella con este increíble tocado nativo americano".

Las reacciones no se hicieron esperar: "Encuentra tu propia cultura, si es que la tienes. Dejad en paz la nuestra" o "Es triste que la gente no respete la cultura nativa y piense que está bien disfrazarse de alguien con un objeto sagrado". A Vanessa Hudgens la criticaron en la misma edición por llevar un Bindi. Las denuncias por apropiación cultural han ido en aumento en los últimos tiempos.