¿Cómo limitar las emisiones de carbono que provocan el cambio climático?
Este es uno de los objetivos prioritarios para la humanidad, pero sigue lejos de ser una realidad.
10 febrero, 2016 12:31Noticias relacionadas
Los acuerdos contra el cambio climático de París 2015 pusieron sobre la mesa el marco base para combatir el cambio climático, pero ahora la pelota está en el tejado de los países. Son las estructuras nacionales las que tienen que reducir sus emisiones. ¿Cómo hacerlo? El XIII Encuentro del sector energético organizado por el IESE y Deloitte ha servido para poner sobre la mesa la opinión de los expertos.
-Políticas de oferta. Una de las opciones para solucionar este problema es con políticas que modifiquen la oferta, esto es, del tipo de energía que se produce. Luis Aires, presidente ejecutivo de BP para España y Portugal pide “establecer un precio para las emisiones de carbono”, de modo que “las tecnologías (verdes) que hoy no son competitivas (contra los combustibles), lo sean en el futuro” gracias al coste extra que se cargaría sobre la producción de energías contaminantes.
El responsable de BP en Iberia asegura que “una de las medidas que tiene sentido es la paulatina sustitución del carbón por el gas natural”. Una política que se alejaría de apostar directamente por las energías verdes, pero que podría permitir una notable reducción de las emisiones de carbono. “Sólo un 1% del cambio del carbón por el gas natural equivale a un 11% de crecimiento de las energías renovables en emisiones, ya que parten de una base muy pequeña”, explica Aires.
-Políticas de demanda. Esta es la otra cara del mercado y que consiste en centrarse en qué tipo de energía demanda la población. “Si no utilizamos políticas de cantidad de la oferta, tendremos que emplear las políticas de precios”, indica Jorge Sanz, Director asociado de Nera Economic Consulting y ex director general de Política Energética y de Minas. En su opinión, este tema “nos lleva necesariamente a un debate fiscal”.
La idea que subyace aquí es que el consumidor pueda elegir qué tipo de energía consume y que si selecciona energías contaminantes, tenga que pagar un impuesto que internalice en la factura energética los costes de la emisión. El objetivo de este tipo de políticas es que la demanda acabe guiando a la oferta: si los consumidores sólo quieren comprar energías limpias, terminarán por cambiar el modelo de producción.
El problema es, ¿qué ocurre cuando no puede elegir la energía que consume? Y ¿qué precio tendría la factura energética que ya es muy elevado?
-Eficiencia energética. Este punto es clave para reducir las emisiones de carbono por la vía del ahorro energético. Estas ganancias en la eficiencia se producirían tanto mejorando la producción, esto es, con inversiones en generación de la energía; como optimizando el consumo, aprovechando al máximo la energía empleada.