El derrumbe del peso pone en aprietos al importador en México
La divisa ha caído un 54% desde que llegó Peña Nieto y golpea a los importadores de productos españoles.
3 octubre, 2016 01:27Noticias relacionadas
“Ahora mismo, en el puerto de Veracruz, tengo un contenedor de donde necesito extraer botellas de vino y ciertamente el precio de la moneda me hace daño. El contenedor está en la aduana y tengo que pagar las tasas para poder liberarlo. Cuando llega el producto, en este caso perecedero de consumo rápido, necesitas tener aprovisionados los fondos para la logística, el almacén.. todo en dólares. En total, unos 3.950. Como europeo puede parecer accesible, pero como empresario mexicano, el contenedor ha llegado con el peso en su máxima cota en relación al dolar y nos hemos encontrado con 30.000 pesos que no estaban previstos. Es un mal momento para los empresarios mexicanos”.
Quien habla es Óscar Cuenca, un empresario español afincado desde hace cuatro años en México. Se dedica al sector del vino, emergente en el país, en el que a sus 39 años lleva 20 de experiencia Ha vendido el líquido de Baco por todos lados. “La vuelta al mundo”, dice. Montó su pyme, Vinalia Wine, hace un año. Desde que el presidente Peña Nieto llegó al poder en 2012, el peso comenzó un proceso de devaluación que acumula ya más de un 50%. Durante las últimas semanas de septiembre, estuvo batiendo récords frente al dólar, llegando la divisa estadounidense a venderse en los bancos por 20,20 unidades de su vecino del sur. El euro subió en este periodo a 22,80 pesos.
“Cuando yo llegué, había un cambio moderado pero desde que monto la importadora directa de vinos me encuentro con la devaluación de moneda y tengo que traer vinos desde España en unas condiciones muy adversas, entre 18 y 21 pesos, con el precio disparado”, continua Cuenca, que explica que su empresa tiene un inventario de 3.000 botellas a la venta, más otras 1.000 pendientes de cobro y 10.000 esperando en la aduana, “todo este esfuerzo para la compra de un activo en el exterior está penalizando al empresario mexicano, como yo, y no le permite crecer, con inversiones congeladas ya que una diferencia de cuatro pesos, como llevamos ya acumuladas, es un daño enorme”.
Al otro lado está Juan Diego Jasso, uno de los dos socios de 100% Hecho en México, una empresa que lleva 10 años importando productos mexicanos a España y Europa. “Abrimos siendo la franquicia del Fondo de Artesanías de México y nos fuimos diversificando según nos demandaban productos, con artesanías, alimentos, bebidas, textiles, joyerías”, cuenta desde su nave de distribución en Madrid, “y nos hemos convertido en un pequeño rincón de México en España, con una tienda física y venta online”.
“Cuando empezamos, el euro estaba a 12 pesos, y a lo largo del tiempo ha ido fluctuando... 12, 14, 15, 16, 15... y ahora está a 22; lamentablemente para México, afortunadamente para nosotros, que nos sale mucho más razonable comprar ahora mismo los productos y somos más competitivos”, recuerda. "Nosotros siempre tratamos que el producto conserve el mismo precio y siempre nos ha tocado hacer la compra en un momento de impacto positivo; si comenzase un proceso a la inversa, tendríamos que tener una utilidad menor para que el cambio no fuera abrupto para el público final, ya que a veces prefieres ganar menos a que haya un disminución de ventas”.
“La devaluación del peso frente al euro está relacionada con la que tiene frente al dólar y otras monedas fuertes, debido a que México ha dejado de contar con las divisas que le permitían mantener la estabilidad cambiaría frente a las monedas fuertes”, explica Arturo Huerta, laureado profesor de economía en la UNAM, experto en Inestabilidad Financiera y Política Económica, “la caída internacional del precio del petróleo, como de las exportaciones y de la entrada de capitales ha aumentado el déficit de comercio exterior, y reducido la cuenta de capitales de la balanza de pagos, como las reservas internacionales, lo que presiona sobre la devaluación del peso”.
Aunque esto debería favorecer la competitividad de los productos mexicanos, en su opinión, esto no está ocurriendo debido a la contracción del comercio mundial y la falta de política industrial y crediticia en México. “El problema no es temporal, ya que seguirá la escasez de entradas de divisas pues no hay perspectiva de que se incremente el precio del petroleo ni de que aumenten las exportaciones”, advierte, “y como EE UU está aumentado su tasa de interés, los capitales salen de México, lo que presiona sobre el peso frente al dólar y el euro”.
Para España, México es su principal socio comercial en América Latina, un mercado natural al que muchas empresas recurrieron en los años de crisis y encontraron en el país un consumidor fiel. Las inversiones españolas en México se concentran en servicios financieros y seguros, información en medios masivos, industria manufacturera, construcción y sector energético. Por ejemplo, el mayor banco de México es el BBVA Bancomer y el Santander es el cuarto, mientras que una de las empresas más importantes en infraesctructuras es OHL. Al revés también funciona. Bimbo -esto suele sorprender a los españoles- es una empresa mexicana.
La inversión extranjera directa española en México es de unos 50.000 millones de euros, un 9,9% del total en el país y sólo detrás del 49,9% de EEUU. Durante el debate del lunes entre Trump y Hillary, una nota en todos los medios mexicanos fue como fluctuaba su moneda durante la discusión. Los divergentes proyectos y promesas electorales respecto a México de los candidatos a la presidencia de EE UU, combinados la tremenda interconexión -Estados Unidos es el destino del 80% de las exportaciones mexicanas y el comercio entre los dos vecinos es de 532.000 millones de dólares- explican esta influencia.
De acuerdo a fuentes recomendadas por la Oficina Comercial de España en el país, la inversión de las grandes empresas españolas en México es a largo plazo y no se verá afectada por el alza cambiaria. Donde si puede tocar es en el bolsillo. Muchas de estas compañías son el sector servicios y para el público mexicano, funcionando siempre en pesos. El beneficio puede seguir siendo el mismo en moneda local, pero al cambiarlo a euros, pierde una gran parte de su valor respecto a lo que habrían ganado hace un año.
BBVA, la empresa más expuesta
Volviendo al ejemplo del BBVA, México supone el 41.2% del beneficio atribuido del grupo. Durante el primer semestre de 2016, la contribución mexicana fue de 968 millones de euros, un 7,4% menos que 1.045 millones del mismo periodo de 2015. Según cálculos de EFE, si el tipo de cambio se hubiera mantenido constante, el repunte sería de 10,6%. De acuerdo al informe publicado por su oficina de estudios, “los mercados están tratando al peso mexicano como si fuera una piñata” y el equipo de expertos previó que Banxico, el banco central, iba a aumentar el 29 de septiembre la tasa de interés en 50 puntos básicos para evitar una reducción del diferencial frente a EE.UU.
En total, Banxico ha subido la tasa de interés de 4,25 a 4,75. “La cotización del peso frente al dólar mostró una significativa depreciación y una elevada volatilidad, presentando uno de los comportamientos menos favorables entre las divisas de economías emergentes”, reconoce la institución, y asegura que “la inflación general anual continúa ubicándose por debajo de la meta permanente de 3%”. Los proyectos de presupuestos del Gobierno de México presentaron un severo recorte para el año que viene, con intención declarada de contener la inflación y la deuda del país, que puede aumentar con la devaluación al estar nominada en dólares.
“Todo es una cadena y este es muy mal año”, se lamenta Cuenca, el importador de vino, “este miércoles estuve hablando con muchos competidores, amigos y no amigos, con distribuidores, otras bodegas... y todos estamos deseando que se acabe y que 2017 sea mejor, mas ilusionante”. A su problema con el cambio de divisa, explica que hay un problema de liquidez en sus clientes. Su contenedor, sigue, de momento, en Veracruz, aunque espera que el lunes esté fuera.
Están haciendo descuentos por pronto pago a los clientes y ganar liquidez, que se retrae de su beneficio, y poder financiar ellos mismos la diferencia derivada de la devaluación del peso. “Se ha devaluado todo y si como es mi caso tienes que comprar fuera, te hace un daño enorme”. “Esto es la tónica general”, vuelve a lamentarse, “todos los pequeños empresarios estamos igual”.