Los fondos ajustan sus robots para que cumplan las normas reguladoras
Desde enero de 2018, MiFID II buscará un mayor control a las compraventas de títulos en los mercados.
25 marzo, 2017 01:53Noticias relacionadas
Ya no hay marcha atrás. Cuando el próximo 3 de enero de 2018 abran los mercados bursátiles, las operaciones que se realicen en los mercados deberán ajustarse a unas nuevas normas reguladoras, las recogidas en la conocida como MiFID II que, entre otras cuestiones, va a tratar de poner coto a los desmanes que la anterior directiva (MiFID I) se vio incapaz de atajar tras producirse la gran crisis financiera desatada en 2007.
La principal novedad, la de controlar esos robots que los grandes fondos de inversión están utilizando para realizar órdenes de compraventa de acciones en función de los datos que les han suministrado, actuando al margen de los sistemas regulatorios y que, aprovechando la tecnología, acaparan ya la mitad de las operaciones bursátiles que se realizan en el mundo.
Que de verdad compren dinero, no humo
No se busca prohibir estas prácticas, sino canalizarlas a través de empresas de servicios de inversión, que tendrán la obligación de establecer un control de riesgo específico, comunicar al mercado el algoritmo con el que operan, llevar un registro de las operaciones y, sobre todo, garantizar la liquidez. Que de verdad compren con dinero.
En la mayoría de los países, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, la puesta en marcha de estas medidas se está produciendo de manera progresiva en los últimos años, incluso antes de su entrada en vigor.
En España se lo toman con calma
En España, la cosa va con más retraso. “Aquí no se ha movido un dedo hasta el pasado mes de abril cuando se inició la reforma del sistema de liquidación bursátil”, aseguraba Javier Domínguez, director de la gestora Auriga Global Investors.
Hasta ese momento, la fragmentación que busca la nueva MiFID II, con la contratación de valores a través de plataformas alternativas a la Bolsa española, resultaba muy desigual. “El 80% de las operaciones se realizaba por la vía tradicional y solo el 20% por otros canales”, según Domínguez.
Un año después, las cosas han cambiado. En febrero, el 43% de las acciones del Ibex negociadas ya se ejecutaron fuera de la bolsa, a través de plataformas como Batx CXE, Turquoise, Bats BXE o Aquis.
El Ibex se contrata más fuera que en España
Si nos fijamos en las empresas con mayor capitalización, este porcentaje ya es mayoritario, de manera que las acciones del selectivo ya están contratando más fuera que dentro de España. Y la tendencia va en aumento, día a día, a medida que nos aproximamos a esa fecha del 3 de enero de 2018.
En la semana del 13 al 17 de marzo, el 70,39% de las acciones del Ibex (incluyendo las subastas de apertura y cierre) se negociaron en el mercado bursátil español. El 16,64% lo hizo a través de Bats CXE, el 7% en Turquoise, el 5,39% en Bats BXE y el 0,54% en otros mercados. Y Enagas fue el valor más fragmentado, con un el Índice de Fragmentación (FFI) de 2,28, que significa que cada acción se negocia en 2,65 plataformas diferentes.
A pesar de todo, cree Domínguez, que tanto los bancos como los gestores en España “no se han puesto las pilas y queda mucho trabajo por hacer. Son conscientes de la que se avecina pero siguen dándole vueltas al tema de cómo afrontar la fragmentación de órdenes para cumplir con el principio de mejor ejecución”.