El glaciar La Corona (Humboldt, en inglés) en el pico homónimo, localizado en la Sierra Nevada de Mérida.

El glaciar La Corona (Humboldt, en inglés) en el pico homónimo, localizado en la Sierra Nevada de Mérida. Wikimedia Commons Mérida, Venezuela

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Venezuela pierde su último glaciar: científicos reclasifican La Corona por su derretimiento acelerado

El climatólogo Maximiliano Herrera alerta que los siguientes en la lista de países libres de glaciares podrían ser Indonesia, México y Eslovenia. 

8 mayo, 2024 16:15

Venezuela ha perdido su último glaciar, La Corona —Humboldt, en inglés— que le quedaba tras encogerse, tanto que los científicos lo reclasificaron como campo de hielo. El país andino contenía seis glaciares en la cordillera de Sierra Nevada de Mérida. Se documentó que cuatro, cuya extensión sumaba unas 1.000 hectáreas de hielo hace poco más de un siglo, habían desaparecido en 2011. Solo quedaba uno.

De esta manera, Venezuela se convertiría en el primer país en perder todos sus glaciares en nuestra era. Así lo ha expresado el climatólogo e historiador Maximiliano Herrera, administrador de la cuenta Extreme Temperatures Around The World (@extremetemps) en declaraciones a The Guardian: "Otros países perdieron sus glaciares hace varias décadas, tras el final de la pequeña edad de hielo, pero Venezuela es posiblemente el primero en perderlos en tiempos modernos". 

Su análisis pronostica que los próximos países en perder todos sus glaciares, debido a las inclementes temperaturas extremas que los asolan, serán Indonesia, México y Eslovenia. En los últimos años, Papúa (Indonesia) y México han experimentado un calor récord, lo que explicaría el derretimiento de sus grandes estructuras de hielo.

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Según estándares internacionales, un glaciar debe medir mínimo 10 hectáreas (0,1 km2). Antes de La Corona, desaparecieron glaciares en los picos El León, La Concha, El Toro y Bolívar, por lo que no queda casi nada de las “cinco águilas blancas” de Mérida. 

"Venezuela ya está oficialmente libre de glaciares. El último glaciar Humboldt que quedaba está ahora estático y reducido a una superficie de 2 hectáreas y fue degradado de glaciar a campo de hielo", ha recogido Herrera a través de X (antes Twitter). 

Y ha continuado explicando: "debido a problemas de seguridad, los glaciares de Venezuela no han sido visitados por los científicos desde hace algunos años. Las previsiones hace unos años eran que el glaciar duraría hasta 2030/2040. Pero después de un par de años, las visitas se reanudaron y… mala noticia: se derritieron más rápido de lo esperado", expresó en Herrera a través de la red social X (antes Twitter). 

¿Un plan para salvar los glaciares?

En diciembre del año pasado, el gobierno venezolano anunció sus planes para revertir la situación crítica de los glaciares: cubrirlos con mallas térmicas de polipropileno diseñadas para mitigar el efecto de los rayos solares en superficies. Esta es una técnica que ya se aplica desde hace más de 20 años en otros países como Austria, Italia o Francia. Y en la mayoría de los casos servía para proteger las pistas de esquí. 

Ambientalistas, montañistas y vecinos de Mérida se opusieron a este plan; era un salvavidas para una situación que consideraban irreversible, y advertían que las mantas geotérmicas podrían contaminar la montaña con microplásticos. "En Venezuela ya no hay glaciares, lo que tenemos en un pedazo de hielo con 0,4% de su extensión original", explicó a la AFP Julio César Centeno, profesor universitario y asesor de la Conferencia de Naciones Unidas para Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED), el pasado mes de marzo.

Otro experto, Luis Daniel Llambi, ecólogo de Adaptación en Altura, un programa de adaptación al cambio climático en los Andes, ha declarado recientemente a The Guardian que "el glaciar de Humboldt no tiene zona de acumulación y actualmente sólo pierde superficie, sin dinámica de acumulación o expansión". 

El derretimiento de los glaciares, y especialmente los tropicales, es algo que los expertos consideran prácticamente inevitable. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) lo utilizan como indicador para evaluar los efectos del calentamiento global.