Pere Aragonès (ERC), Salvador Illa (PSC) y Josep Rull (Junts), en el último debate electoral.

Pere Aragonès (ERC), Salvador Illa (PSC) y Josep Rull (Junts), en el último debate electoral. Efe

Política ELECCIONES CATALANAS

La utopía catalana de Sánchez: un tripartito con ERC y Junts presidido por Illa para seguir en Moncloa

ERC prevé otras elecciones si el 12-M no hay mayoría separatista, pero Junts se abre a pactar: "Negociaremos con Sánchez" si hay que investir a Illa", apunta el entorno de Puigdemont. "La mesa de Suiza podría seguir".

8 mayo, 2024 02:53

Se empieza a repetir en boca de los tres principales candidatos de las elecciones catalanas el concepto "bloqueo". Y su consecuencia, "repetición electoral". Mientras los sondeos han ido aclarando el panorama, lo que se oscurece es el día después del 12-M. Pero esas mismas cuentas son las que construyen un deseo casi utópico en el imaginario de Pedro Sánchez: un tripartito de concentración que le permita seguir en la Moncloa.

Desde la convocatoria de las elecciones catalanas, anticipada en marzo porque los Comuns rechazaron los Presupuestos que habían acordado Pere Aragonès y Salvador Illa, el rostro del presidente del Gobierno anduvo demudado.

"Cualquier escenario le acerca el fin de la legislatura", anticipaba entonces una alta fuente de Junts, ya rumiando la candidatura de Carles Puigdemont. "Vamos a la ingobernabilidad, aquí y en España", explicaba un alto cargo de ERC. "No es así, Illa gobernará, y eso demostrará que merecía la pena tanto esfuerzo y medidas valientes", respondían desde el PSOE y el PSC.

[Puigdemont tenía una cita con Sánchez el 22 de marzo en Bruselas: "Ya se verán de presidente a president"]

En los últimos dos meses, cada uno de los tres contendientes ha ido explicando a este diario, semana a semana, sus planteamientos estratégicos. De inicio, los dos partidos independentistas se las prometían muy felices, desdeñando al otro y proclamando que "esto es un Illa o nosotros".

¿Por qué?

"Porque Aragonès ha presidido un Govern inútil", explicaban en Junts. "Ni ha gestionado bien ni ha cumplido la agenda del independentismo. Nosotros negociamos y conseguimos resultados, ellos tienen una Mesa de Diálogo que no ha conseguido nada".

"Porque Puigdemont no tienen más mensaje que él mismo", alegaban en Esquerra. "Lleva siete años fuera, Cataluña ha cambiado mucho, y con ella los catalanes... no le funcionará la épica".

Desde el lado socialista, encantados de ser el rival a batir, simplemente se esgrimía el "pasar página", la inutilidad de "una década perdida" y la "reconciliación y el reencuentro" como excusas para los cambios de opinión. Tanto los de Sánchez como los del mimo Illa, que incluso un día después del 23-J seguía negándose a la amnistía.

Por qué sí

Pero en todo este tiempo, en las charlas de este diario con los entornos de estos tres líderes, se ha ido sustanciando la opción "ilógica", fuera de cualquier "previsión" y "en la práctica, imposible" de un Govern de concentración. Los tres juntos para que "nadie mate a nadie" y puedan seguir, tanto Sánchez en Moncloa, como la resolución del supuesto "conflicto político".

Sin preguntar expresamente por ello, la opción ilógica e imposible salía en las conversaciones para armar otras informaciones. "Hay una opción que no debes desdeñar", lanzó el primero una fuente de ERC. "Un tripartit de concentración podría ser lo único que salve a Sánchez".

Pedro Sánchez y Salvador Illa, en un mitin de campaña en Montmeló (Barcelona).

Pedro Sánchez y Salvador Illa, en un mitin de campaña en Montmeló (Barcelona). EP

¿Y en qué condiciones? Porque Esquerra no puede votar a Illa... "Sería un suicidio, en lo identitario porque Junts nos machacaría; y en lo ideológico porque el PSC es nuestra competencia. Pero por eso mismo, los tres juntos". Es decir, ¿con Aragonès haciendo un 'Borgen'? "No lo descartes".

También, en varias charlas con líderes del entorno de Puigdemont, el planteamiento surgía de un modo similar. "Está por ver que no seamos los más votados", explicaba por entonces un miembro de la dirección del partido. "Pero aunque el PSC quedara por delante, la única opción viable para todos es que el 'president' sea Puigdemont, aunque sea en un Govern de concentración".

¿Cómo? ¿También Junts lo ve? "Es muy remoto, pero la única opción de que Sánchez pueda seguir en Moncloa, y él lo sabe, es ésa", confirmaba esta fuente... y el propio expresident huido, después, hace unas semanas en Estrasburgo

Por qué no

De esta tercera alternativa nadie habla en público, pero todos valoran. Así lo confirman también fuentes del PSC, además de las de Junts y Esquerra a este diario. Si se cumplen las encuestas, que vaticinan una clara victoria de Illa, los tres partidos tienen sobre la mesa esta opción... aunque desde el PSC se contempla más factible "con los 'indepes' fuera del mismo".

Una vez establecidas las condiciones de cada uno (incompatibles entre sí), veamos cómo evalúan cada uno las de los otros.

Para ERC, lo de Illa en solitario investido por ellos y Junts "es una quimera", aunque sea "el relato que le interesaría a Pedro Sánchez", porque un Gobierno sólo de Illa "mata a Sánchez en Madrid".

En opinión de varios altos cargos de Esquerra, esa opción se maneja en el PSOE para poder explicar que eso sería "la pacificación, el reencuentro, la vuelta a la institucionalidad..."

En las de Junts también se considera inviable. Dado que "sólo valdría para la investidura, y de inmediato saltaría por los aires", porque de inmediato operaría la "tentación irresistible" de unos y otros para sacarse al rival independentista de encima "y acusarlo de traidor a la causa, de botifler".

"Quien manda es Sánchez"

La clave está en que, aunque los dos partidos separatistas compiten entre ellos y sus líderes se detestan, ERC no quiere darle el apoyo a Illa y Junts nunca se sentará con el PSC: "Nosotros negociamos con el PSOE, no con Salvador Illa", aclara el entorno de Puigdemont.

Y en que la campaña se les ha hecho larga a todos. Aragonès gastó sus dos grandes balas, la de la "financiación singular" y el referéndum en los primeros días. Presionado por la vuelta de todos los focos hacia "el de Waterloo", el president saliente lleva semanas sin dar un mensaje atractivo. Y en su entorno lamentan su falta de brío y de carisma.

También a Puigdemont se le hace largo este sprint final. En las primeras fechas, el expresident fugado ya lanzó un órdago, que trataba de convertir el 12-M en un plebiscito sobre el procés de 2017 y su "restitución" como president: o es investido triunfalmente, tras "arrancarle" la amnistía al Gobierno de España, o deja la política. 

Pero ocurre que Pedro Sánchez ha sabido girarlo todo. Y ahora, el plebiscito es sobre él. "El presidente del Gobierno sabe que él tiene mejor imagen en Cataluña que el propio Illa", y con su carta a la ciudadanía y sus cinco días de reflexión, "ha roto la campaña", admiten en Junts. 

El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont.

El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont. Glòria Sánchez / Europa Press

El escenario de un Puigdemont derrotado, ya no tiene que acabar con su carrera política, ni por qué significar el fin de la legislatura en España. Si da la suma indepe, "aún sin mayoría absoluta", el expresident amnistiado exige ser "restituido" en el cargo. Y si Illa es el president, será sólo porque lo voten ERC y/o los Comuns.

Pero en ese escenario, ¿quién negocia el referéndum y la financiación, si ésas son las condiciones explícitas de ERC y de Junts para mantener a Sánchez como presidente en Moncloa?

"Podría continuar la negociación en Suiza" bajo la supervisión de Henri Dunant y el relator salvadoreño, admitía el mismo Puigdemont a este diario. "Son dos carpetas diferentes".

Evidentemente, eso significaría que la negociación se haría "con Madrid" y que "quedaría claro que Illa es poco más que un encargado de Sánchez en Cataluña". Pero el separatismo podría mantener su negociación, mes a mes, hasta la votación de los Presupuestos.

El mismo José Luis Rodríguez Zapatero -que es "el Cristo gran" para los dos partidos indepes- lo zanjaba en la larga conversación que mantuvo con el director de este diario con motivo de los 20 años de su primera gran entrevista en Moncloa, al iniciar su mandato: "Habrá Presupuestos sin referéndum", pero "la financiación sí que hay que solucionarla".

Nadie lo dirá

Y eso, todos lo comprenden, con la amnistía ya en vigor y dure lo que dure la legislatura en Madrid, se hace mejor con los tres comprometidos. "Estas elecciones se votan en Cataluña, pero son españolas", admite un colaborador de Oriol Junqueras

A Sánchez no le vale un Illa president con Junts derrotado, fuera y sin líder. Tampoco la mantiene en Moncloa que gobierne su candidato si es con ERC "traicionada", tal como explican las fuentes que se tomaría una nueva "sociovergencia".

Y ganando con holgura, como vaticinan los sondeos, no puede sacrificar a Illa por su propia supervivencia... 

¿O sí?

Los de Junts aspiran a ser los más votados, aunque los sondeos indican lo contrario. "Queda un último arreón", admiten sus dirigentes a este diario. "El efecto Puigdemont se empieza a desinflar", responden con más deseo que realidad desde Esquerra.

Pero ambos saben que la mayoría separatista está difícil, por el empuje de Illa y el crecimiento del PP de Alejandro Fernández. Y además del difícil entendimiento con la extrema izquierda de la CUP, la probable entrada de Aliança Catalana, el partido de ultraderecha de Silvia Orriols, hará aún más difícil sumar a todas las fuerzas separatistas.

Por eso, Junts sí ve la opción de un 'Govern' de Illa si Sánchez cede en las condiciones. En campaña no se va a aceptar esta opción en público, pero siempre aclarando que el escenario le debe favorecer.

"Aquí no estamos para facilitar la gobernabilidad de España", explica otro miembro de la dirección postconvergente. Es decir, que si hay Govern tras el 12-M y no hay bloqueo será únicamente porque la nueva etapa del 'procés' sigue. "A lo que venimos es a terminar el trabajo de 2017, es un proyecto de país, no de partido".

Por eso, la oferta trampa de la lista conjunta que lanzó Puigdemont en Elna. Por eso, las apelaciones a la "unidad de acción". Y por eso, termina de aclarar esta última fuente, "la negociación es entre partidos y en el extranjero", porque el llamado "conflicto político" va mucho más allá del momento y de unos resultados electorales determinados.

Y por eso, aunque lo del Govern a tres quien primero lo deslizó fue Esquerra, lo que proclama el entorno de Aragonès es que "a lo que vamos, si no repetimos en el Govern, es a una repetición electoral", advierte un portavoz republicano.

"Con Illa en el Palau, ¿cómo se va a negociar la financiación singular o la autodeterminación? Sería imposible, ese escenario rompe toda la arquitectura de mesas de negociación".

¿Y cómo pretende gobernar, de nuevo, ERC si todos los sondeos los colocan terceros, por detrás de PSC y de Junts? "Está la opción Borgen...", desliza otra de las fuentes republicanas. "La gente quiere hablar de las cosas de comer, Illa lleva toda la campaña sin decir nada para no equivocarse y Puigdemont sólo repite su raca-raca"

Porque una suma con la CUP a un lado y Aliança Catalana al otro... "Con los fascistas, nosotros no vamos ni a la vuelta de la esquina; y eso Puigdemont no lo dice". Silvia Orriols, de hecho, acaba de proclamar que el expresident "merece una segunda oportunidad".

Finalmente, el partido liderado por Oriol Junqueras -al que muchos hoy querrían haber podido ver como candidato, para enfrentar con fuerza a Puigdemont- sólo ve factible un gobierno independentista.

Tanto, que si no puede encabezarlo Aragonès, otro "suicidio" sería no buscar una coalición con ese Puigdemont triunfal. "Que gobierne, y que haga todo lo que dice, que hablar es gratis... y que se coma la gestión del día a día, que es lo que les interesa a los catalanes, y de eso no tiene ni idea".