La Eurocámara esquiva garantizar la neutralidad de la red
Populares, socialistas y liberales abren la puerta a que proveedores de red decidan si "sufriremos" una internet de dos velocidades.
27 octubre, 2015 18:19Noticias relacionadas
En apenas un año, el Parlamento Europeo ha pasado de defender sin excepciones el principio de neutralidad de la red -es decir, la no discriminación del tráfico de datos en redes por razón de su naturaleza, origen o destinatario- a abrir la puerta a que los proveedores decidan si "sufriremos" una internet de dos velocidades.
Presentado sobre todo como un texto que eliminará las sobretarifas de datos para el móvil que aplican los operadores cuando el usuario cambia de país (la llamada itinerancia o roaming) la Eurocámara ha renunciado a proteger claramente la neutralidad de la red al rechazar todas las enmiendas presentadas para tal fin, con el voto en contra de la mayoría de eurodiputados del PPE, socialistas y liberales.
El texto final es fruto de un compromiso a tres bandas entre la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE el pasado mes de junio, que aúna los diferentes puntos de vista mantenidos por las tres instituciones.
Roaming e internet abierta
El Parlamento Europeo ha aprobado, después de dos años de trabajo, las nuevas normas sobre roaming e internet abierta.
En primer lugar, se eliminarán los sobrecostes en las tarifas de datos que sufren los consumidores al cambiar de un país de la UE a otro. La primera bajada de precio se notará en abril de 2016, y ese cargo quedará prohibido para los operadores europeos el 15 de junio de 2017. "Es una buena noticia para los consumidores", sostiene la Eurocámara, aunque la fecha inicial que propuso la Comisión era este mismo año: una medalla para las telecos.
Por otro lado, el Parlamento Europeo "garantiza una internet abierta y sin trabas" ("todo el tráfico de Internet será tratados por igual y no habrá priorización de pago de servicio de acceso", afirma la Cámara), pero habrá excepciones: obedecer órdenes judiciales, cumplir con las leyes, prevenir congestiones de tráfico o combatir ciberataques. Estas excepciones hacen que sea imposible garantizar del todo el cumplimiento del principio de la neutralidad de la red y, por tanto, la no discriminación de los datos en razón de su contenido, origen o destino.
Más poder a los operadores
El nuevo texto pone en manos de los proveedores de internet, o ISP, la decisión de establecer más o menos restricciones al tráfico que circula por sus redes.
Servicios especializados: Abre la posibilidad a que los ISP ofrezcan comunicaciones más rápidas a "servicios específicos" de interés público o entre máquinas, "distintos al servicio de acceso a internet". Esta choca de frente con la neutralidad de la red, aunque alguien tan reconocido como Vinton Cerf, uno de los padres de internet, se muestra de acuerdo en que para determinados servicios esenciales hay que priorizar. En este caso, el problema surge cuando el reglamento deja esta decisión en manos de los "proveedores de contenidos, aplicaciones y servicios".
Internet por "clases": Las compañías podrán establecer clases de tráfico y asignar a cada clase una velocidad de transmisión, incluso si no hay congestión de datos. El problema que surge en este punto es que la comunicación cifrada -una práctica cada vez más extendida por cuestiones de privacidad- podría salir perjudicada, al no poder ser clasificada dado que resulta difícilmente accesible para el operador.
Congestión a la vista: Los proveedores podrán incluso realizar discriminaciones si prevén congestiones de tráfico de datos, es decir, antes de que realmente las sufran. De esta forma, podrán decidir qué datos circularán con prioridad sólo con la mera sospecha de una futura avalancha de datos en sus redes.
"Zero-rating": Asimismo, permite y regula la práctica llamada Zero-rating o datos patrocinados, por la que los operadores ofrecen gratis tráfico a los usuarios por entrar a determinados servicios. Un ejemplo de ello es internet.org, la iniciativa de Facebook para dar servicio web móvil gratis en algunos países en desarrollo, a cambio de proporcionar un acceso limitado exclusivamente a determinados servicios (como la propia red social). En países en donde se ha regulado la neutralidad de la red, como Chile, esta práctica no está permitida.
¿Buenas o malas noticias?
Las nuevas medidas habían sido ya criticadas por compañías tecnológicas e inversores en una carta (PDF), en la que alertaban de que el nuevo reglamento podría dañar el futuro desarrollo de las compañías tecnológicas y generará barreras a las startups que quieran actuar en la UE. Académicos, activistas e incluso notables personajes como el padre de la World Wide Web, Tim Berners Lee, también han criticado el reglamento por razones similares.
Por otro lado, el comisario europeo de Economía Digital, Günther Oettinger, remarca en un post que la nueva regulación "es una buena noticia". El político destaca que "todo el tráfico de Internet será tratado por igual y no habrá priorización de pago de servicio de acceso"; las excepciones se darán "bajo la estricta supervisión de los reguladores nacionales" y en "tráfico de datos diferentes del acceso a Internet, como por ejemplo los datos generados por un sensor médico u otros servicios especializados".
En cualquier caso, recuerda el comisario, "los reguladores nacionales vigilarán la aplicación de las normas y tendrán el poder para inhibir la conducta ilícita e imponer sanciones cuando sea necesario".
El lobby de las telecos, por Enrique Dans
La propuesta votada hoy en el Parlamento Europeo supone una prueba palmaria de hasta qué punto Bruselas se ha convertido en una auténtica marioneta en manos del lobby de las telecomunicaciones, y en una evidencia que va a perjudicar enormemente el desarrollo de internet en el continente. Mientras los Estados Unidos deciden proteger la neutralidad de la red de manera clara y explícita, Europa prefiere "decidir no decidir", deja todas las decisiones en manos de las empresas de telecomunicaciones, y genera un escenario completamente incierto que abre las puertas a todo tipo de abusos, a una internet a varias velocidades y a modelos basados en la escasez y la discriminación del tráfico.
Mientras los Estados Unidos deciden proteger la neutralidad de la red de manera clara y explícita, Europa prefiere decidir no decidir
Con la anuencia del Parlamento Europeo, las empresas de telecomunicaciones han maniobrado para situarse como los auténticos árbitros de la innovación, con derecho a hacer prácticamente lo que quieran sin restricción alguna. Podrán establecer "vías rápidas" privilegiadas para sus servicios, con lo que de manera efectiva podrán decidir qué servicios funcionan y cuáles no, podrán "gestionar el tráfico" a su antojo, podrán ofrecer servicios gratuitos fuera de tarificación, y podrán incluso gestionar el tráfico en función de su tipo. La auténtica "carta a los reyes" del lobby de las telecomunicaciones, graciosamente concedida por una Corte de Bruselas cada día más inútil e incompetente.
Dentro de algunos años, algunos se preguntarán por qué todas las empresas innovadoras están en los Estados Unidos y no en Europa
Si escucha a un político hablar de "la protección que han llevado a cabo de la neutralidad de la red en Bruselas", no se crea absolutamente nada, y tache a ese político de la cada vez más corta lista de políticos honestos, porque solo es un hipócrita interesado y mentiroso. Dentro de algunos años, algunos se preguntarán por qué todas las empresas innovadoras están en los Estados Unidos y no en Europa: la culpa será de la decisión que el Parlamento europeo ha tomado hoy.