Desde ese momento, explican fuentes del consejo, tuvieron claro que "no encontrar una salida sería un fracaso". No sólo eso, es que supondría un problema legal que, además, daría motivos al Gobierno para intervenir en la Corporación. Algo que había que evitar a toda costa para defender la independencia de los consejeros. 

Es por ello por lo que los nueve miembros del consejo se afanaron desde el pasado martes a las 11 de la mañana en encontrar un consenso. La situación fue un bloqueo total en la primera jornada, por lo que el martes a las cinco de la tarde decidieron citarse de nuevo este miércoles a las diez de la mañana. 

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En el tiempo transcurrido entre ambas citas los contactos entre unos y otros fueron permanentes, pero también las "llamadas de Sepi y de Moncloa" instando al acuerdo y a evitar a toda costa la presidencia rotatoria promovida por los consejeros propuestos por el Partido Popular. 

Por si fuera poco, la idea del administrador único se plasmaba gracias a algunas filtraciones desde el Gobierno. Es una opción remota, compleja de articular con la actual mayoría parlamentaria, tal como ha contado EL ESPAÑOL. Sin embargo, si la situación llegaba a un bloqueo podría intentarse.

Los consejeros eran conscientes de que necesitaban afanarse si no querían "tener un problema" y verse desplazados del día a día de la televisión pública. 

El consejo del miércoles fue de alta tensión, al igual que el del martes. Comenzó la votación con la propuesta de una presidencia rotatoria, que fue rechazada por la mayoría. Siguió con la propuesta de votación de dos candidatos, ambos propuestos al consejo por el PSOE: Ramón Colom y Concepción Cascajosa. 

Con condiciones

Tras escuchar a ambos, los consejeros iban a proceder a votar, pero Colom pidió la palabra. Estaba dispuesto a facilitar una candidatura única si se aceptaban sus condiciones. ¿Cuáles? Que su compañera Cascajosa asumiera las líneas maestras de su 'programa' para la radiotelevisión pública. Y así fue.  

Se decidió votar, por tanto, la candidatura de Cascajosa. Declarada militante socialista, era también la que desde el Gobierno se estaba promoviendo ya que se considera que -en este momento- es la única que mantiene la fidelidad con el partido. 

¿Resultado de la votación? Rechazo con los votos en contra de los tres miembros del consejo propuestos por el PP y de José Manuel Martín Medem (Podemos). A ello hay que sumar la abstención de Elena Sánchez que este miércoles acudió ya sólo como consejera. 

El bloqueo cada vez estaba más cerca. De ahí que Jenaro Castro (propuesto por el PP) pidiera recuperar la presidencia rotatoria. En esta ocasión con turnos semestrales por edad. Es decir, que empezara presidiendo el consejero más mayor. Una idea que también fue rechazada por sus compañeros. 

La situación se enquistó. Así que se decidió plantear una presidencia temporal, de seis meses, que liderase Concepción Cascajosa. Una salida que, además, da margen al Gobierno y al PP para renovar el consejo de administración ya que la mitad de sus miembros finalizan mandato este mes.

Sabedores de que no iba a haber consenso, se opta por un receso. Comienzan las conversaciones para convencer a Martín Medem de que vote a favor de esta nueva propuesta. 

Según fuentes presenciales fue Alfonso Morales, el secretario del consejo, quien negoció con el consejero propuesto por Podemos en un aparte. Tras una "escena tétrica", en palabras de algunos miembros del consejo, Medem exige la dimisión de su interlocutor para cambiar el voto. 

Otras voces, en cambio, aseguran que no se produjo ninguna exigencia por parte del representante de Podemos. Insisten en que fue una conversación cordial, que culminó en un cambio de opinión para desbloquear la situación y por el bien de la Corporación. 

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¿Qué pasó en realidad? Pocos lo saben. Lo único cierto es que Medem votó a favor de que Cascajosa fuera presidenta temporal durante seis meses. Y acto seguido Morales presentaba su dimisión irrevocable como secretario del consejo de administración. 

Lo hizo pese a que el día anterior, el martes, su puesto fue sometido a una cuestión de confianza a petición de varios consejeros y logró el respaldo de 7 de 9 miembros del consejo de administración de RTVE. 

Todos estos movimientos dan una idea de la ingobernabilidad a la que está sometida en este momento RTVE. A partir de ahora Cascajosa tendrá que liderar un consejo roto, enfrentado entre sí y que tiene las espadas en todo lo alto. Sin embargo, algunas voces internas creen que si es capaz de abrirse al diálogo puede llegar a amplios consensos en cuestiones fundamentales. 

Cascajosa tendrá que liderar un consejo de administración roto

Otros consejeros creen que de todo lo ocurrido se pueden extraer algunas lecciones. La primera, que pese a las fuertes discusiones, se ha demostrado que la actual ley que rige RTVE es positiva porque "permite romper los bloques" políticos. Y dota, además, de "independencia" a los consejeros para buscar el bien de la Corporación. 

Porque aunque la situación haya sido muy compleja, existe un cierto consenso en el seno del consejo de administración de RTVE en que Elena Sánchez estaba llevando al grupo a una deriva "peligrosa". Enfrentada con parte de su consejo, en guerra con su comité de dirección, trataba a toda costa de mantenerse a flote y de imponer su criterio, explican. 

Ha sido una semana de pasión en RTVE. Ahora toca reflexionar sobre lo ocurrido, aunque existe también cierta coincidencia en que Elena Sánchez no supo medir las consecuencias que iba a tener proponer el cese de José Pablo López como director de contenidos generales del grupo. 

"Apretó el botón nuclear", explica uno de los consejeros. ¿Por qué? Por inseguridad, concluyen. "Llevaba muy nerviosa desde el cambio de Gobierno. Pensaba que no tenía el apoyo de Moncloa y que la estaban buscando un relevo". Tanto es así que, según fuentes conocedoras, trató en varias ocasiones de que el PSOE y el PP le "garantizaran" su respaldo para convertirla en presidenta permanente de RTVE. Parece evidente que no lo logró.