Samuel Bueno y pareja de testigos de Jehová.

Samuel Bueno y pareja de testigos de Jehová.

Relaciones

Samuel (30), divorciado tras 2 años de matrimonio: "Nos casamos por ser Testigos de Jehová, hasta que desperté"

El asturiano Samuel Bueno relata el que para él fue el momento más difícil y liberador de su vida, una etapa que comenzó con un matrimonio forzoso.

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En España hay actualmente más de 127.000 Testigos de Jehová. Una religión que pasó de ser de tan solo unos pocos miembros a principios del siglo XX a convertirse en una minoría mucho más numerosa. Y es que, el número de Testigos de Jehová ha seguido aumentando en los últimos años, siendo cada vez más frecuente verles en las calles predicando o repartiendo información sobre sus publicaciones.

En cuanto a su forma de vivir y de pensar, las normas de esta religión se basan en su interpretación de la Biblia y abarcan desde el rechazo a las transfusiones a la negativa de celebrar festividades como cumpleaños y Navidad, la prohibición de participar en política, de tener relaciones fuera del matrimonio o de tener relación o contacto con quienes han salido voluntariamente de la organización.

Precisamente esto último es lo que sufrió en primera persona el asturiano Samuel Bueno de 30 años. Y es que, este joven nació en una familia en la que todos sus miembros eran Testigos de Jehová, él representaba a la tercera generación. Con tan solo 22 años tuvo que casarse, pero fue ese momento de independizarse y salir de casa cuando afirma que empezó su "despertar", el proceso que le llevó a alejarse definitivamente de la comunidad.

"¿Cómo puede ser que con tan solo 26 años y solo 2 años de casado decidiese separarme y divorciarme?", se pregunta Samuel Bueno, que asegura sentirse ya preparado para contar su historia. "No digo que lo que hiciese estuviese bien ni mal, pero simplemente lo hice y punto. No rompí mi matrimonio porque mi exmujer en ese momento me engañase o fuese mala conmigo o discutiésemos demasiado, solo tengo buenas palabras para ella y así lo siento", asegura.

"Lo que me pasó fue que nos casamos porque éramos testigos de Jehová y se supone que teníamos que estar para siempre y nuestro plan era seguir en esa secta para toda nuestra vida", confiesa. Un momento en su vida que fue clave para ver la realidad de la que hasta ese momento no había sido consciente.

@samm.bueno

A veces amar, es soltar cuando sabes que tanto tú como la otra persona os merecéis algo mejor.
Amar, es amarse a uno mismo primero, y entender que si hemos cambiado por dentor, si ya no somos las mismas personas, nuestros gustos, nuestras preferencias, también cambian de igual forma. Amar no es aferrarse a un clavo ardiendo ni alargar una relación “porque me toca”, si no saber cuándo toca luchar por reavivar la llama y apostar por esa persona, o por el contrario dejar ir y trabajar en uno mismo antes de ir de relación en relación.
Sígueme si quieres fortalecer tu amor propio para tener relaciones conscientes @samuel.bueno_

♬ sonido original - Samu Bueno

"Según nos casamos yo prácticamente desperté al toque y eso conllevó un cambio de percepción de vida, de gustos, de prioridades, de todo. Mi filtro de la vida ya no tenía que ver absolutamente nada con la vida de la persona que se casó y se comprometió para toda su vida.

Aunque su pareja también "despertó" y "se dio cuenta de que era una secta", para Samuel ya era demasiado tarde: "Me había desenamorado. A veces sin saber por qué uno pierde la ilusión, pierde las ganas de estar con la otra persona y sabe que por ahí no es su camino", asegura.

Su decisión no fue fácil. Explica que fue "duramente criticado y apartado incluso por su propia familia", que no entendía por qué no quería seguir una relación que, para él, ya había llegado a su fin. "Fue la mejor decisión de nuestras vidas porque ella se merecía alguien que la amase y la cuidase de verdad y porque yo necesitaba salir, necesitaba conocer mundo, conocerme a mí mismo y necesitaba hacerlo solo. Con esto no quiero decir que si nuestra relación se ha enfriado un poco debamos de terminarlo, pero si nuestra intuición lleva mucho tiempo picando a la puerta pues quizás sea momento de decir adiós".

Un "despertar", como él mismo lo llama, que fue el punto de inflexión que cambió por completo su forma de ver la vida y de vivirla. Y es que, pese al dolor de sentirse rechazado por todo su entorno, Samuel asegura que aquel proceso fue necesario para reencontrarse consigo mismo. Hoy, años después, Samuel vive completamente alejado de los Testigo de Jehová y asegura que, aunque el camino no fue fácil, volvería a tomar la misma decisión.