Itamar Ben-Gvir en la explanada de las mezquitas en Jerusalén en 2022.

Itamar Ben-Gvir en la explanada de las mezquitas en Jerusalén en 2022. Twitter

Oriente Próximo

El Movimiento del Templo o cómo cinco vacas de Texas podrían dinamitar el conflicto palestino-israelí

Formado por grupos de judíos extremistas, este movimiento busca establecer la hegemonía judía en el sagrado Monte del Templo de Jerusalén. 

26 abril, 2024 02:22

Cuando cinco vaquillas rojas de Texas aterrizaron en septiembre de 2022 en el aeropuerto de Ben Gurion de Tel Aviv, se renovaron las esperanzas del antaño marginal Movimiento del Templo. El momento tan anhelado se vislumbraba en el horizonte. Y es que para este movimiento, compuesto por una amalgama de grupos judíos extremistas, los novillos desempeñan un papel fundamental en su objetivo para destruir o eliminar los lugares sagrados musulmanes del Monte del Templo en Jerusalén, así como para restablecer la hegemonía judía sobre la explanada mediante la construcción del ‘Tercer Templo’. 

Según el razonamiento de estas organizaciones judías ultranacionalistas, no se podría construir el Tercer Templo hasta que se destruya la mezquita al-Aqsa —el tercer lugar más sagrado para los musulmanes— hasta que la zona sea sometida a una purificación a través de una mezcla de ceniza de novillo rojo, hilo rojo, madera de cedro e hisopo y agua manantial recogida por niños ritualmente puros que nacieron y crecieron en determinadas condiciones. 

En una granja al norte de Israel, estos animales son inspeccionados frecuentemente por veterinarios, así como por rabinos para asegurarse de que todos los pelos sean rojos. Estas raras vacas, que no tienen más de dos pelos negros o blancos, según explican desde Al Jazeera, son cruciales ya que la imposibilidad de realizar este ritual había sido parte de la oposición de las autoridades rabínicas israelíes a las visitas judías al Monte del Templo. “Es un signo mesiánico”, afirman desde Boneh Israel (que se traduce como 'Construyendo Israel'), la organización que ha estado detrás de la adquisición de los cinco novillos junto al Instituto del Templo en Jerusalén.

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"Esta es la primera vez en casi 2.000 años que una novilla roja ha tenido éxito”, celebró Michael Samuel Smith, un predicador cristiano que trabaja para hacer realidad la profecía del templo en un vídeo publicado por Boneh Israel. "Creemos que Dios se va a revelar a través de los esfuerzos de este evento futuro. Es verdaderamente un signo de los tiempos, muy especialmente para los judíos de Israel”. 

El momento de este sacrificio parece estar más cerca que nunca. Por el momento, al menos cuatro de los novillos siguen libres de manchas y, según Smith, esperan poder llevar a cabo la ceremonia entre la Pascua y el Pentecostés. Boneh Israel ya habría adquirido terrenos en el Monte de los Olivos, donde tradicionalmente se celebra esta ceremonia, para que estos animales puedan ser quemados. “Los mimamos, los guardamos para el momento oportuno”, añadió Smith en el vídeo. 

Hasta hace unas décadas, este movimiento tenía únicamente unas pocas docenas de adeptos, pero en los últimos años el número ha ido en continuo aumento, incluyendo miembros de ultraderecha que están dentro del gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como Itamar Ben-Gvir. De hecho, la compra de los novillos obtuvo el apoyo del gobierno israelí

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Precisamente, el director general del Ministerio de Asuntos de Jerusalén y Patrimonio, Netanel Isaac, acudió al aeropuerto Ben Gurion para presenciar la llegada de las vaquillas en 2022 y admitió que su ministerio había financiado el desarrollo de la zona del Monte de los Olivos, donde está prevista la ceremonia. 

¿Una ruptura del 'statu quo'? 

Una de las grandes preocupaciones de este sacrificio es que podría romper con el statu quo en el sagrado monte. En un discurso para conmemorar los 100 días de la guerra de Israel contra Gaza, el portavoz de las brigadas Qassam (el brazo armado de Hamás), Abu Obeida, afirmó que las vaquillas rojas eran un motivo de preocupación para la organización armada palestina, y que el posible sacrificio sería un “detestable mito religioso concebido para agredir los sentimientos de toda una nación”. 

El recinto es un punto de continua tensión en el conflicto palestino-israelí. La situación actual de los santos lugares tiene sus raíces en el statu quo establecido durante la época otomana y ha guiado la organización del culto en los últimos 500 años. Los musulmanes celebran su culto religioso en al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, mientras que los judíos lo hacen en el Muro de las Lamentaciones. El principio fue revalidado después de que Israel ocupara el monte en 1967 y, desde entonces, la explanada de las mezquitas está administrada por el consejo de asuntos islámicos Waqf de Jordania. 

El Movimiento del Templo afirma que planea construir el templo judío dentro de unos años, según la organización activista israelí Ir Amim. Sin embargo, no consideran que la ceremonia de la vaquilla roja o la construcción del templo vayan a producirse “en un futuro próximo”. Y es que a pesar de que existe un cierto respaldo del gobierno, no existe un apoyo fuerte para que un grupo trate de destruir la mezquita de al-Aqsa. “No subestimo el peligro de estos grupos, pero construir el templo significa un Israel completamente diferente al de hoy”, señaló el investigador de Ir Amim, Aviv Tatarsky, a Al Jazeera.