Javier Carbajal Ani Ardoiz

“Democracy dies in darkness”, la democracia muere en la oscuridad. Ese es el lema que encabeza el periódico estadounidense The Washington Post desde hace años. Una consigna que apela directamente al periodismo y al fotoperiodismo, porque se entiende que sin información no hay democracia que valga.

Desde el comienzo del conflicto entre Israel y Hamás, el pasado 7 de octubre, el Estado israelí ha impuesto un “bloqueo total” sobre la ya castigada Franja de Gaza. Una situación que viene acompañada de lo que Reporteros Sin Fronteras denomina una “asfixia mediática”.

¿Qué supone este bloqueo total?

Implica un control sobre la entrada de ayuda humanitaria. Y es que hasta el 21 de octubre no se permitió el acceso de elementos de asistencia básica y, aún así, según datos de Naciones Unidas, sólo 476 camiones humanitarios de los 2100 que estaban previstos han conseguido entrar. También supone el corte de la conexión móvil e internet, lo que significa que tanto los ciudadanos gazatíes como la prensa que está dentro de Gaza no han podido comunicarse con el exterior durante días. 

Toda esta asfixia mediática se traduce, inevitablemente, en una falta de libertad de prensa dentro de la Franja. Además, reputados medios internacionales de todo el mundo se han visto obligados a contratar a reporteros locales, ya que Israel ha prohibido la entrada de periodistas extranjeros a Gaza. 

En lo que va de mes, según el Comité para la Protección de Periodistas, el balance de profesionales fallecidos  asciende a 36, la mayoría de ellos, palestinos. Esto convierte el inicio de esta guerra en la más cruenta en décadas para los periodistas.

"El periodismo es el antídoto contra la desinformación, que se extiende con especial fuerza en esta región"

Según Reporteros sin Fronteras desde el año 2000 casi la mitad de periodistas asesinados se concentran en 7 países. Irak, Afganistán, Somalia, Israel, Palestina y Yemen. Ni siquiera Ucrania se encuentra en esta lista, donde el primer mes de cobertura de la guerra se cobró la vida de 7 reporteros.

¿Ha habido alguna respuesta por parte de la comunidad internacional?

Ante este silencio informativo, Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras, denunciaba que “desde hace casi dos semanas, las fuerzas armadas israelíes hacen todo lo posible para impedir la difusión de imágenes”. Esto reduce las fuentes oficiales, ya que toda la información procede, o del Gobierno de Hamás que controla la Franja o del Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Ambas son partes interesadas, de este modo, es muy complicado verificar la información que llega desde Gaza, ya sea de un lado o del otro. 

Mohammed Ali, reportero de la radio Al Shabab. Mohammad Baalouche, director del canal Palestine Today. Rushdi Sarraj, fotoperiodista y cofundador de la agencia Ain Media. Estos son algunos de los profesionales que han fallecido en los últimos días. Son los rostros de una profesión que ve cómo este bloqueo está dejando a los gazatíes sin voz. 

Según estimaciones de Reporteros Sin Fronteras, unos 50 periodistas han tenido que huir recientemente de sus hogares por las llamadas de evacuación del ejército israelí. Como hemos visto en muchas redes sociales, estos mismos reporteros, algunos de cadenas como Al-Jazeera han visto morir a sus familias mientras informaban sobre los bombardeos. Lágrimas de compañeros que sufren los estragos de esta guerra injusta.

En los últimos días, Israel ha anunciado “pausas humanitarias” para que la población pueda desplazarse a zonas más seguras y para que la ayuda humanitaria entre al enclave palestino. Ojalá, en un futuro próximo, se abran las puertas también para los medios de comunicación, para que se pueda informar libremente de lo que realmente está sucediendo dentro de Gaza.

En palabras del secretario general de Reporteros Sin Fronteras: “El periodismo es el antídoto contra la desinformación, que se extiende con especial fuerza en esta región”. Esperemos que dentro de poco haya más democracia, con ella más información veraz y por último, que se haga esa luz que ilumine esta situación de oscuridad informativa.