Verily es una spin-off, una compañía creada a partir de un proyecto nacido dentro de Alphabet, la fábrica de ideas en fase temprana (alpha) que Google construyó para poder hacer apuestas (bets) sobre ellas. Su nombre completo, Verily Life Sciences, nos da más datos: es una compañía dedicada al estudio de la vida y la salud, entendidas de manera amplia.
El proyecto más ambicioso de la compañía es un estudio longitudinal pensado para desarrollarse a lo largo de diez años, en el que diez mil voluntarios permitirán un estudio continuo y exhaustivo de su salud. La idea de Project Baseline es conseguir que diez mil personas que vivan cerca de tres clínicas norteamericanas (en Stanford, Duke y Los Angeles) acepten compartir todos los datos posibles sobre su salud: desde llevar una pulsera que monitorice su actividad física, hasta instalar un dispositivo bajo su colchón para estudiar sus patrones de sueño, pasando por análisis periódicos de todos sus fluidos corporales, una secuenciación completa de su genoma, y múltiples baterías de pruebas médicas, radiografías, electrocardiogramas, etc. Los participantes cederán a la compañía toda la información relevante sobre su salud, con garantías sobre su privacidad, pero sin ningún tipo de incentivo económico. Serán, sin duda, las diez mil personas más monitorizadas del planeta y de la historia de la humanidad.
¿Qué pretende la compañía embarcándose en un proyecto tan brutalmente ambicioso y con un coste económico extraordinariamente elevado? Sencillamente, descifrar los misterios de la salud humana. Nunca en la historia se ha podido llevar a cabo un estudio tan ambicioso, detallado y prolongado sobre las variables que afectan al origen, desarrollo o transmisión de todo tipo de enfermedades. A lo largo de los diez años del estudio, varios cientos de voluntarios manifestarán problemas cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades, y se intentará correlacionar esas dolencias con los datos recogidos sobre ellos, para entenderlas y elaborar patrones predictivos.
Los participantes no recibirán mucha más información de la que recibirían en cualquier visita médica: si participan, no lo harán por los beneficios que puedan obtener de ello (más allá de los derivados, posiblemente, de un diagnóstico temprano de sus dolencias), sino fundamentalmente por su interés en contribuir al avance de la ciencia.
¿Qué escenario de rentabilidad se plantea en un proyecto así? Obviamente, existe, aunque no vaya a producirse mañana. Pero más allá de la rentabilidad, existen otros elementos: producción académica, prestigio, reputación, ambición, perspectivas de futuro... se busca descifrar la vida. Sin duda, los grandes proyectos son los que consiguen alinear los incentivos adecuados para todos sus participantes.