Urdangarin en una de sus salidas para hacer voluntariado en una ONG.

Urdangarin en una de sus salidas para hacer voluntariado en una ONG. EFE

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Urdangarin, en la cárcel de ‘lujo’ para los etarras: en Vitoria, con su madre y asesor en el bufete Imaz

La cárcel de Zaballa fue elegida por el colectivo de presos de ETA arrepentidos para acercarse al País Vasco mediante la 'vía Nanclares'.

25 febrero, 2021 02:36

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Un mes más tarde de que el juez de Vigilancia Penitenciaria le concediera el tercer grado penitenciario a Iñaki Urdangarin, el cuñado del rey Felipe VI vuelve a mudarse de prisión. Ahora podrá seguir cumpliendo su condena en régimen de semilibertad en la cárcel de Vitoria, ciudad en la que reside su madre, Claire Liebaert.

El exduque de Palma fue condenado en 2018 por el Tribunal Supremo a cinco años y diez meses de prisión por delitos de prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencia y dos delitos fiscales.

Tras concedérsele el tercer grado el pasado enero, presentó una solicitud a Instituciones Penitenciarias en la que pidió el traslado a Vitoria. Urgandarin acreditó su situación de arraigo en el domicilio materno y el hecho de haber conseguido un nuevo empleo.

Ahora sólo tendrá que ir a dormir a la prisión alavesa de Zaballa de lunes a jueves. El resto del día podrá salir a trabajar a un despacho de abogados de Vitoria que mantiene vínculos con bufetes de Barcelona. Como no es letrado, ejercerá de consultor.

En Barcelona han pasado gran parte de su vida tanto él como Cristina de Borbón, por su vinculación con La Caixa. De hecho, a Cataluña han acudido en las ocasiones en las que Urdangarin ha tenido permiso penitenciario. Una vez se ponga en marcha con su nuevo empleo, también se someterá al programa de tratamiento para delincuentes económicos.

A Urdangarin se le está aplicando el artículo 83 del reglamento penitenciario español, por lo que no tiene que llevar control telemático. En Zaballa se encontrará en la sección abierta de la prisión, donde el contacto con el resto de los reclusos se reducirá al comedor durante los desayunos y las cenas. 

"Ahora, con la COVID, se ha potenciado los terceros grados con control telemático para evitar que entraran y salieran de los centros de inserción social o de las secciones abiertas, con lo cual queda menos gente", explican fuentes oficiales de Instituciones Penitenciarias. Una portavoz oficial puntualiza que en su anterior prisión, al menos desde que obtuvo el régimen de semilibertad, "ya pasaba lo mismo".

El pasado enero, a Iñaki Urdangarin, que cumplía condena en la cárcel de Brieva (Ávila), se le trasladó al Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares, en Madrid, donde hasta ahora sólo tenía que acudir a dormir entre semana.

Como en la penitenciaría de Zaballa no hay CIS, el preso ha volver a una zona de la prisión en la que sólo hay reclusos en un régimen penitenciario similar al suyo. Su traslado allí es inminente.

Amplias celdas

La cárcel Norte I de Zaballa (Vitoria), tiene 80.000 metros cuadrados y todo tipo de instalaciones deportivas: cancha de baloncesto, pista de frontón, polideportivo y piscina cubierta con fines terapéuticos. Además, el centro está enclavado en la ladera norte del monte San Miguel de su comunidad natal, el País Vasco. 

El diseño, más funcional que las antiguas cárceles modelo, obedece a una distribución en dos grandes espacios interiores que confieren al conjunto un "carácter urbano, de ciudad", según explicó Mikel Cabieces, el delegado del Gobierno que inauguró el centro en 2011.

En lugar de torres de control, cuenta con 200 cámaras de televisión que vigilan cada rincón. El centro penitenciario tiene 720 celdas de 13 metros cuadrados, un 30% mayores que otras cárceles, como por ejemplo la de Valdemoro. Están equipadas para dos presos, por lo que la población reclusa puede llegar a ser de 1440. 

La cárcel de Zaballa fue elegida por el colectivo de presos de ETA que fueron acercados al País Vasco por la conocida como 'vía Nanclares'. Durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, quienes rompían públicamente con la organización terrorista fueron dirigidos allí. A cambio, se incluían en un proceso de reinserción accediendo a beneficios penitenciarios, progresiones de grado y excarcelaciones.

A mediados de febrero, Instituciones Penitenciarias ordenó el traslado allí desde la cárcel de Dueñas a Gorka Loran Lafourcade, condenado a 2.775 años de prisión por los 28 kilos de dinamita que colocaron en el Intercity Madrid-Irún en la Nochebuena de 2003. 

Según la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el 17,5% de presos etarras ya están en prisiones del País Vasco y el 42,4% a menos de 200 km.