“Ganada la batalla de la memoria, habremos ganado la batalla del relato”. La afirmación que sostiene la izquierda abertzale en sus publicaciones -concretamente, la fundación Euskal Memoria- hace referencia a la herida abierta por el terrorismo y por el modo en el que se cuenta esta historia. Dejadas atrás las armas, afirman, la lucha debe centrarse en este campo, exaltando la idea de “conflicto armado” y superando la del “terrorismo”. En definitiva, qué versión escucharán las futuras generaciones. Porque, para el diario Gara, “en Euskal Herria vencerá quien convenza, primero a los suyos y luego al resto”, tal y como aseguró en un editorial días antes de que ETA anunciase su “cese definitivo de la actividad armada”.
“Hemos llegado tarde”, apuntaba Mari Mar Blanco, a su llegada a Nueva York. Su declaración pone el foco en esta batalla. La hermana del concejal de Ermua secuestrado y asesinado por ETA participó en la reunión que España, junto a Estados Unidos, celebró este miércoles en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en el que varias víctimas del terrorismo alzaron la voz para exigir el fin de cualquier tipo de extorsión. El propósito del acto es claro: contrarrestar los envites de aquellos que tratan de imponer su propio relato.
Junto a Mari Mar Blanco intervinieron, además, Jana Gallardo (herida en el atentado del 11-M), Tomás Fraga (superviviente a un ataque de Al Qaeda en Egipto en 2005) y Pari Ibrahim (directora de la fundación Free Yezidi, en apoyo a un pequeño grupo religioso perseguido en Irak).
“Su voz [la de las víctimas] debe llegar a todos los rincones del mundo”, afirmó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en su intervención. García-Margallo, su colega de Exteriores, las calificó como “héroes” y pidió que se las tomara como ejemplo en la superación de cualquier brecha abierta por el terror. Al acto, además, asistió Samantha Power, embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
Las 33 productoras audiovisuales del Daesh
“La batalla la están ganando los terroristas”, apuntó Javier Lesaca, investigador en la Universidad George Washington y profesor asociado en la Universidad de Navarra. Lesaca, como experto en terrorismo islámico, ofreció su opinión ante el Consejo de Seguridad de la ONU: “En los últimos 5 años, sobre todo con las redes sociales y la democratización de los medios de comunicación, los terroristas, desde ETA hasta el Daesh, están haciendo unas campañas muy activas para imponer su relato”, consideró, en conversaciones con EL ESPAÑOL.
“Estas campañas, además, son muy efectivas -añadió el investigador-. Primero, por magnitud: el Estado Islámico tiene 33 productoras audiovisuales y ha distribuido, en los últimos 22 meses, 920 campañas audiovisuales; segundo, por calidad de los mensajes: el 50% de sus vídeos contiene alguna referencia a películas, videojuegos o videoclips musicales, y enganchan muy bien con sus públicos potenciales”.
Una muestra fotográfica
Fuentes del Ministerio de Exteriores defienden la importancia de que la voz de las víctimas llegue hasta el Consejo de Seguridad. En el máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas sólo pueden participar actores que representen a un Estado. Por ello ha sido necesario recurrir a la llamada Fórmula Arria, una reunión informal impulsada en los primeros años de los noventa por el diplomático venezolano con el mismo nombre. “Había que buscar cualquier opción para que las víctimas hablasen y queríamos que ocurriese bajo el paraguas de la presidencia de España en en este organismo de la ONU -señalan las mismas fuentes-. Es una pequeña gran victoria haberlo conseguido”.
Además de las intervenciones, en el programa de actos figuraba la presencia de una exposición planteada por la Fundación Víctimas del Terrorismo, presidida por Mari Mar Blanco. La muestra reflejaba, bajo el nombre En pie de foto: la mirada de la víctima, 27 zarpazos terroristas, de atentados perpetrados en escenarios como Madrid, Túnez o Nueva York.