El Ministerio del Interior de Arabia Saudí ha anunciado este sábado la ejecución de "47 terroristas", según ha informado la cadena 'Al Arabiya', entre los que se encuentra el conocido clérigo chií Nimr al Nimr, considerado uno de los grandes líderes de las revueltas de 2011 y 2012 en el reino árabe que siguieron a la revolución tunecina.
La mayoría de los ejecutados, 45, son de nacionalidad saudí, entre ellos el propio Al Nimr. Junto a ellos han sido ajusticiados un hombre de nacionalidad egipcia y otro de nacionalidad chadiana. El Ministerio no ha aclarado el método empleado, pero el más habitual es la decapitación.
Al Nimr fue condenado por delito de "terrorismo", que se añade a los formulados previamente: "buscar la intervención extranjera en Arabia Saudí" -en referencia a Irán, que ha advertido en los últimos meses que el reino árabe "pagaría cara" la ejecución de Al Nimr-, así como delito de desobediencia, y por levantarse en armas contra las fuerzas de seguridad.
Reivindicó los derechos de los chií
Al Nimr alcanzó gran popularidad al reivindicar los derechos de la tradicionalmente marginada comunidad chií de la Provincia Oriental del país. En marzo de 2009, las autoridades emitieron una orden de arresto contra él por recomendar la secesión de la provincia si el Gobierno no respetaba los derechos la diginidad de los chiíes residentes en esta localidad.
El Gobierno saudí ha justificado las ejecuciones con versos del Corán y con un montaje de atentados cometidos por Al Qaeda durante la última década. Además, el gran mufti del país, Abdulaziz al Al Sheij, ha comparecido en televisión para asegurar que las muertes han sido "justas".
Las ejecuciones de este sábado son las primeras efectuadas por el reino árabe en 2016. Las autoridades saudíes cerraron 2015 con una cifra de 157 ejecutados, muy superior a las 90 efectuadas en 2014.
"Serán borrados de la historia"
Pocas horas después de darse a conocer la noticia, el hermano del clérigo ha pedido a la gente que reaccione de manera pacífica ante el ajusticiamiento: "Nimr era muy reconocido por su comunidad y por la sociedad musulmana en general, así que está claro que va a haber una reacción", indicó Mohamed Al Nimr.
"Sin embargo", ha solicitado, "esperamos que todas las reacciones se limiten a un marco pacífico". "Nadie debe reaccionar fuera de estos límites. Basta de derramar sangre", ha solicitado.
Pese a esta petición, desde Irán se ha respondido con rabia e indignación ante la ejecución. Teherán ha asegurado que Arabia Saudí "pagará un alto precio" y el alto clérigo iraní Ahmad Jatami ha declarado que la familia Al Saud, regente de Arabia Saudí, "será borrada de las páginas de la historia" por aprobar la ejecución de Al Nimr.
Jatami, miembro de la Asamblea de Expertos -uno de los más altos organismos de Irán, responsable de la elección del líder supremo del país- no ha escatimado palabras para condenar la ejecución de Al Nimr, defensor de los derechos de la marginada comunidad chií en el este de Arabia Saudí.
"No me cabe duda de que la sangre pura de Al Nimr mancillará el collar de la Casa de Saud, que será borrada de las páginas de la historia. Este crimen no es más que parte del patrón que sigue esta familia traicionera", ha declarado en referencia a los regentes suníes.
"El mundo islámico", ha aseverado, "denunciará a este infame régimen todo lo que pueda", ha añadido, a la espera de que se pronuncien las más altas autoridades de la república islámica.
Manifestaciones en Bahréin
Las muestras de desaprobación con la ejecución de Al Nimr también se han dejado sentir en Bahréin, donde la policía ha recurrido a gases lacrimógenos para dispersar a los integrantes de una manifestación espontánea de decenas de personas que protestaban por el hecho.
Bahréin está especialmente sensibilizada por la muerte del clérigo, ya que los esfuerzos de la comunidad chií en Bahréin -donde es mayoría- para reivindicar su existencia fueron brutalmente atajados por el Gobierno bahreiní con la ayuda de tropas saudíes. 93 manifestantes y 13 integrantes de las fuerzas de seguridad murieron en los enfrentamientos. Más de 2.900 manifestantes y 846 policías resultaron heridos.
La manifestación de tuvo lugar en la localidad de Abú Saiba, de mayoría chií, situada al oeste de la capital, Manama, donde los manifestantes portaron imágenes del clérigo, una de las 47 personas ejecutadas hoy por delito de "terrorismo", entre otros.