Mariano Rajoy no tira la toalla y confía en poder gobernar. El presidente del Gobierno en funciones se ha ofrecido a dirigir un Ejecutivo respaldado por el PSOE y Ciudadanos y, a cambio, está dispuesto a abordar cuantas reformas sean necesarias. “No tengo líneas rojas”, ha recalcado en una entrevista con Cope este martes, minutos después de negar tajantemente que vaya a ceder la Presidencia del Congreso a los socialistas. El popular tampoco negociaría nunca con cuestiones como la unidad de España, la soberanía nacional o la igualdad de todos los españoles.
Sobre si daría un paso atrás para facilitar la investidura de otro compañero de partido, el líder del PP ve “dudosamente democrático” que los demás partidos pidan su cabeza a cambio de que otro conservador sea presidente del Gobierno. “No está planteado, no lo ha hecho ninguna fuerza política”. Ante la audiencia, sacó pecho del respaldo que sus compañeros de partido le ofrecieron en el Comité Ejecutivo Nacional que los conservadores tuvieron el día después del 20D, cuando el PP cosechó los peores resultados electorales de su historia desde 1989. Solo José María Aznar y Esperanza Aguirre le pidieron autocrítica y un congreso para elegir un nuevo líder.
Rajoy respondió instantáneamente a la petición del presidente de Honor y dijo públicamente que se volverá a presentar para seguir dirigiendo el Partido Popular. Quince días después, Mariano Rajoy es más cauto y prefiere no revelar si mantiene su posición de que volverá a presentarse a dirigir el partido si no consigue formar Gobierno. "No me gusta adelantar acontecimientos", se ha limitado a contestar. Todos sus esfuerzos se centran ahora en conseguir el apoyo mayoritario del Parlamento, cueste lo que cueste.
Aunque finalmente el popular no consiga el amplio respaldo de la Cámara para revalidar su puesto, si el Rey le encarga que intente formar Gobierno, lo hará y llevará la votación al Congreso. Respecto a si cederá la presidencia de la Cámara Baja al PSOE como un guiño para facilitar ese gran pacto que anhela el PP, Mariano Rajoy ha sido muy tajante: “El Partido Popular presentará su propio candidato a presidente del Congreso porque ha ganado las elecciones” y descarta facilitar que el socialista Patxi López se haga con ese cargo.
Sin querer o queriendo, Mariano Rajoy echó un capote al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, su único interlocutor en las filas socialistas hasta el momento. “No he hablado con Susana Díaz ni con Felipe González. O nos respetamos todos o tenemos un problema”, ha respondido cuando se le ha preguntado si creía que la negociación con la andaluza sería más fácil que con el actual secretario general.
El espejo de Artur Mas
A Mariano Rajoy, que estos días se mira en el espejo de Artur Mas, le gustaría que el presidente de la Generalitat en funciones se retirara para que no se repitan elecciones, una opción que "nunca me parece buena". En este caso, dada la situación inédita que atraviesa la región, "me parece la menos mala".
El presidente del Gobierno en funciones se ha despedido con un mensaje quizá demasiado optimista: "A lo mejor las cosas se resuelven antes de lo que algunos piensan y eso sería bueno", en una clara alusión a que su investidura podría estar más cerca de lo que contrincantes y algún compañero quisiera.