Norcia, pequeña localidad italiana de apenas 5.000 habitantes, azotada por los terremotos en el centro del país de 2016, se ha convertido hoy en ejemplo de un modelo de solidaridad europea que pasa por las ayudas financieras, pero también por la labor de los jóvenes del Cuerpo Europeo de Solidaridad.
Once meses después del terrible terremoto que destrozó su basílica, se han desplazado hasta la pequeña ciudad de la Perugia italiana para conocer las labores de reconstrucción el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y el comisario europeo de Educación, Cultura y Deporte, Tibor Navracsics.
Una reconstrucción que será posible, entre otras ayudas, por el envío de 1.200 millones de euros del fondo de solidaridad europeo, a los que la Eurocámara dará la luz verde final el próximo 12 de septiembre en Estrasburgo (Francia).
A ello se suma el capital humano que están aportando desde hace casi un mes 16 jóvenes del Cuerpo Europeo de Solidaridad.
El grupo, de siete nacionalidades, de entre 19 y 29 años, ayuda a los bomberos y las autoridades en la reconstrucción de un pueblo orgulloso de su arquitectura histórica, ahora en ruinas debido al seísmo de magnitud 6,2 en la escala de Richter registrado en octubre del año pasado.
Son la primera hornada de voluntarios en Norcia, entre ellos tres españoles, que dedican su verano a ayudar a la población local y participar en las tareas de reconstrucción del Monasterio y la Basílica.
Todo suma para que Norcia vuelva a vivir del turismo como hacía antes del terremoto, que ha cubierto de escombros y grúas el centro de la localidad y ha provocado que cayeran las pernoctaciones un 80 %, según la prensa local.
"Las instituciones europeas deben estar con los ciudadanos cuando tienen problemas y esta región está pasando un momento muy difícil", explicó a Efe Tajani, quien dijo que además de la ayuda económica hace falta ayuda psicológica y atención de las autoridades.
"Es la cuarta vez que estoy aquí. Vine el día después de la tragedia, pero no solo es importante estar aquí cuando acaba de ocurrir algo así, también hay que estar meses y años después, no se puede olvidar a la gente", añadió.
"En España sabrán de lo que hablo porque lo mismo ocurrió en Lorca, en Murcia", apuntó. Navracsics, por su parte, manifestó a Efe su satisfacción por el recibimiento de los vecinos de Norcia a los representantes europeos.
"Están contentos por el apoyo de la UE, porque poco a poco ven mejoras. Esta plaza (San Benedetto) estuvo cerrada seis meses. Ahora la ciudad está reviviendo", afirmó. El comisario europeo quiso destacar el "importante papel" de los jóvenes del Cuerpo Europeo de Solidaridad en la reconstrucción de Norcia, de los que destacó su "coraje".
"Los jóvenes siempre traen aire fresco a un lugar. Además, con su labor están dando sentido y razón de ser a la solidaridad europea. Y están creando sentimiento de comunidad europea a través de su activismo", añadió a Efe.
Entre los vecinos, agradecimiento con algún recelo para la Unión Europea, a la que reconocen el envío de fondos pero de cuyas autoridades no reciben una fecha clara del fin de las obras de reconstrucción, según dijo a Efe Gianluca, comerciante en la plaza de San Benedetto, que no para de señalar las postales que todavía vende en su tienda con la imagen del lugar antes del terremoto.
Las autoridades no saben dar una fecha para la reconstrucción de la basílica, pues antes se quiere reforzar su estructura, altamente compleja, según el equipo técnico.
A apenas dos horas de Roma, Norcia, en un enclave privilegiado lleno de naturaleza, cerca de Umbría, es un paraíso para los amantes de la gastronomía, especialmente del prosciutto, el queso pecorino y la trufa.
"El prosciutto aquí es magnífico, no es jamón como el español, pero está buenísimo", dijo Tajani a Efe, antes de un encuentro con vecinos en el que destacó sus esfuerzos porque más allá de la tragedia la UE apoye el motor económico que representa el turismo.