La organización Human Right Watch (HRW) denunció hoy el abuso y la devolución forzosa por parte de las fuerzas camerunesas desde principios de 2015 de 100.000 solicitantes de asilo nigerianos, quienes huyen de la violencia del grupo terrorista Boko Haram en Nigeria.
El último informe de HRW, divulgado hoy, acusó al Ejército de Camerún de "torturar, asaltar y explotar sexualmente a los solicitantes de asilo nigerianos en la frontera entre el norte de Camerún y el noreste de Nigeria, para después deportarles masivamente, a menudo de forma violenta, de vuelta a un país en conflicto.
HRW también alertó de violencia, malas condiciones y una restricción ilegal del movimiento en el único campamento de refugiados nigerianos oficial en Camerún, el de Minawao.
"La tortura y el abuso de los refugiados y solicitantes de asilo nigerianos por el Ejército camerunés parece estar motivado por una decisión arbitraria de castigarlos por los ataques de Boko Haram en Camerún y desalentar a los nigerianos de solicitar asilo", precisó el director asociado de refugiados para HRW, Gerry Simpson.
Según el testimonio de solicitantes de asilo entrevistados por la organización en los pasados junio y julio, los soldados cameruneses acusaron a los nigerianos de pertenecer al grupo terrorista nigeriano Boko Haram o de ser "esposas de Boko Haram", mientras los torturaban o agredían.
ACNUR aseguró además que hay relatos similares de nigerianos que viven en las zonas fronterizas de Camerún. "Los soldados cameruneses reunieron a 40 solicitantes de asilo y nos golpearon severamente y nos obligaron a subir a un autobús (...) cuando llegamos a la frontera nigeriana, gritaron 'vayan y mueran en Nigeria'", dijo un refugiado nigeriano deportado.
Aunque los 70.000 refugiados que viven en el campamento de Minawao cuentan con cierta protección, también denunciaron un acceso limitado a alimentos y agua, así como "restricciones abusivas a su movimiento".
Por ello, entre los pasados abril y mayo, unas 13.000 personas regresaron de Minawao a un campamento de desplazados en Banki, justo al otro lado de la frontera en Nigeria, algunos de los cuales fueron asesinados este mes cuando Boko Haram atacó el lugar.
Además, ACNUR denunció que a finales de junio Nigeria envió vehículos militares a la frontera para ayudar a Camerún a deportar a casi 1.000 solicitantes de asilo, algo que convierte a Nigeria en "cómplice de este retorno ilegal", apuntó HRW.
Al menos 381 civiles murieron a manos del grupo terrorista Boko Haram desde el pasado abril en Camerún y Nigeria, debido a una intensificación de su campaña de terror y un aumento de los atentados suicidas con explosivos en la región del lago Chad.
Desde 2014 la guerra contra Boko Haram ha costado en Camerún la vida de más de 2.000 personas, así como el desplazamiento de al menos 160.000, la mayoría en el norte del país, según cifras divulgadas por la prensa del país.