Decenas de miles de iraníes participaron hoy en el centro de Teherán entre muestras de dolor y rabia en el funeral del joven asesor militar Mohsen Hoyayi, decapitado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria el pasado agosto.
Desde la abarrotada plaza del Imán Husein, el féretro de Hoyayi fue acompañado por personas de todas las edades, vestidas de negro, que quisieron con su presencia y sus lágrimas rendir un último homenaje al "mártir".
La fotografía del combatiente, de 25 años, estaba presente en grandes carteles y en las pancartas de los asistentes a las exequias, algunos de los cuales repartían panfletos para captar nuevos voluntarios a la lucha contra los yihadistas.
Hoyayi fue capturado por el EI a principios de agosto en un ataque contra las tropas sirias de Bachar al Asad, apostadas cerca de la frontera con Irak.
Los extremistas grabaron posteriormente un vídeo con la ejecución del iraní, cuyo cuerpo fue repatriado esta semana tras un acuerdo de alto el fuego entre el grupo chií Hizbulá y el EI.
Entre cantos de luto y dolor, muchos de ellos en honor del imán Husein, el tercero de los chiíes, el encargado de la ceremonia no dudó en culpar a Estados Unidos de la creación del EI, una afirmación que suelen hacer las autoridades iraníes.
A las honras fúnebres acudieron desde mujeres con rosas rojas a hombres mayores que participaron en la guerra contra Irak (1980-1988) y jóvenes que se han alistado para luchar contra el EI.
Uno de estos últimos, un comerciante de nombre Mehrdad, explicó que es necesario ir a Siria e Irak para defender la religión: "No tenemos miedo a morir y para mí personalmente es un honor martirizarme en este camino", subrayó.
Por su parte, la ama de casa Mohamadi, de 52 años, expresó su "orgullo y honor" por el hecho de que los jóvenes iraníes "den su vida y su cabeza para enfrentarse al enemigo".
Irán respalda a los Gobiernos de Damasco y Bagdad con asesores militares y milicianos voluntarios, cientos de los cuales han fallecido en esos países luchando contra los yihadistas y defendiendo, según la versión oficial, los santuarios chiíes.
El mismo líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jameneí, rezó por el alma de Hoyayí sobre su ataúd y expresó sus condolencias a su familia en una ceremonia en la mezquita de Husein previa a la procesión fúnebre.
El EI ha amenazado en reiteradas ocasiones a Irán y perpetró el pasado junio por primera vez un doble atentado en territorio persa, que causó 18 muertos y más de 50 heridos en Teherán.