Los avances en igualdad de género "son demasiado lentos" en los países de la OCDE, según ha denunciado este organismo en un informe presentado este miércoles, 4 de octubre, en el que con el lema 'La búsqueda de la igualdad de género: una batalla cuesta arriba', hace un llamamiento a la acción al tiempo que denuncia "los pocos avances" experimentados en el mundo desde el año 2012, cuando se publicó el último documento en la materia.
"La búsqueda de la igualdad de género debe ser una prioridad para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo en beneficio de todos los ciudadanos", ha asegurado la portavoz de la OCDE Sherpa Gabriela Ramos en el lanzamiento del informe, que se publica antes de la celebración del Foro de Mujeres que tendrá lugar en París. "No hay razón para que las mujeres sigan detrás de los hombres en los resultados sociales, económicos y políticos. Los países necesitan hacer mucho más para alcanzar los objetivos de igualdad de género", ha aseverado.
En la última encuesta realizada en 2012 sobre igualdad de género, los países de la OCDE identificaron tres cuestiones en desigualdad: la violencia contra las mujeres, "la persistente" disparidad salarial entre géneros y la distribución desigual del trabajo no remunerado. El documento constata que muchos países "están ahora dando prioridad a estas cuestiones" en sus políticas, y muchos de ellos están presionando para lograr que más mujeres participen en el liderazgo de los sectores público y privado.
La OCDE subraya que "se han hecho algunos progresos" ya que la mayoría de los países de la OCDE están abordando el acoso laboral a través de leyes y reglamentos más estrictos. Además, varios países (como Australia, Alemania, Italia, Japón, México o Reino Unido) han introducido medidas para alentar a las niñas a cursar carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería o la fabricación, y a los niños en materias vinculadas a la salud y a la educación.
No obstante, prosigue el informe, "persisten las diferencias entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida social y económica entre países, y el tamaño de esas brechas ha cambiado poco en los últimos años".
Añade además que, en las últimas décadas, las tasas de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo se ha acercado a las tasas de los hombres aunque en "todos los países de la OCDE las mujeres siguen teniendo menos probabilidades que los hombres de dedicarse al trabajo remunerado".
En este punto, el estudio precisa que "cuando las mujeres trabajan, son más propensas a hacerlo a tiempo parcial, tienen menos probabilidades de escalar a puestos directivos, sufren más casos de discriminación y ganan menos que los hombres". Así, las mujeres ganan de media casi un 15% menos que sus compañeros masculinos, una tasa que apenas ha cambiado desde 2010, según la OCDE.
El informe añade que las brechas de género tienden a aumentar con la edad, "lo que refleja el papel crucial" que desempeña la maternidad en la igualdad de género, que repercute en la remuneración y en el progreso profesional de las mujeres.
Las desigualdades de género también prevalecen en la vida pública, prosigue el documento, ya que las mujeres "están subrepresentadas en cargos políticos, con menos de un tercio de los escaños en las cámaras bajas de las legislaturas nacionales" de los países de la OCDE.
Por ello, el organismo insta a los países a invertir en oportunidades de liderazgo femenino a través de oportunidades de tutoría y apoyo de redes, y considera que los modelos de conducta masculina en la alta dirección necesitan impulsar el cambio en los estereotipos y normas de género que continúan obstaculizando el acceso de las mujeres al liderazgo.
Aún queda por hacer
El informe de la OCDE concluye que "es evidente que aún queda mucho por hacer para reducir las brechas de género en todos los países" y augura que reducir la brecha de género en la participación de la fuerza de trabajo en un 25% para el año 2025, según lo acordado por los líderes del G20, podría aumentar un punto porcentual de crecimiento a las previsiones del PIB, que ascendería a casi 2,5 puntos porcentuales si estas diferencias se redujeran a la mitad en 2025.
Desde 2013, cerca de dos tercios de los países de la OCDE han puesto en marcha nuevas políticas de igualdad de remuneración mientras que muchos países también han introducido medidas para mejorar el acceso a una educación y atención temprana de calidad.
Por último, señala que otros países están impulsando medidas para que los padres también se involucren en el cuidado y crianza de los hijos como Canadá, Japón, Corea y Polonia, que han aumentado los subsidios o beneficios para el cuidado de los niños.