El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado de que más de 165.000 niños en Malí podrían sufrir desnutrición aguda en 2018 como consecuencia de la violencia y la inestabilidad en el país, lo que puede desencadenar "una crisis alimentaria a gran escala".
UNICEF ha advertido este lunes en un comunicado de que los índices de desnutrición aguda entre los niños menores de cinco años en Malí han alcanzado "niveles críticos" en las regiones de Tombuctú y Gao, dos de las áreas más afectadas por el conflicto en el país.
De acuerdo con la encuesta SMART de 2017, publicada este lunes, los niveles de desnutrición en Tombuctú han aumentado hasta alcanzar un 15,7 por ciento, por lo que el nivel de alerta pasa de ser "grave" a "crítico", de acuerdo con la escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Detrás de estas cifras se encuentran las vidas de los algunos de los niños y niñas más vulnerables y olvidados de Malí", ha asegurado la representante de UNICEF Lucía Elmi. "Tenemos que proporcionar tratamiento de forma inmediata para garantizar que todos y cada uno de esos niños pueden recuperarse por completo. Al mismo tiempo, tenemos que invertir en los primeros 1.000 días de vida de estos pequeños para reducir el riesgo de desnutrición", ha añadido.
Se estima que alrededor de 165.000 niños menores de cinco años van a sufrir desnutrición aguda en 2018. Los menores que presentan este tipo de síntomas por falta de nutrición sufren un gran desgaste muscular, crecen muy poco y tienen hasta nueve veces más posibilidades de morir por una enfermedad común debido a que tienen un sistema inmune increíblemente debilitado.
El norte del país es una región convulsa que cuenta con presencia de tropas francesas desde la revuelta tuareg de 2013. Meses después, la región fue rápidamente secuestrada por grupos yihadistas, lo que provocó la intervención militar de París en su antigua colonia.
Diversos grupos armados han ejecutado en los últimos meses varios ataques en Malí, siendo uno de los más graves un atentado suicida ejecutado en enero por Al Murabitún contra una base militar de Gao, en el que murieron al menos 77 soldados y miembros de milicias firmantes del acuerdo de paz de 2015.