International Crisis Group (IGC) no podrá volver a trabajar en Camerún tras un informe sobre el conflicto de las zonas anglófonas del país que reclaman la independencia, estudio que el Gobierno considera basado en "una sarta de mentiras", según anunció hoy la ministra de Comunicación, Issa Tchiroma Bakary.
El texto subrayaba que el "profundo problema" de estas regiones no será resuelto mediante "negación ni represión", sino con diálogo y las reformas institucionales pertinentes.
Además, advertía de que la apertura de un frente en el oeste podría convertirse en "dramática" para Camerún, que ya tiene que hacer frente al terrorismo del grupo Boko Haram en el extremo norte y a las milicias centroafricanas en la parte oriental.
El Gobierno camerunés asegura que esta organización nunca ha estado en el terreno de los hechos y que ha hecho suyas alegaciones "tan falsas como inadmisibles" publicadas por otras ONG, que también han sido vetadas.
El Gobierno ha prohibido el acceso a las citadas zonas a casi todos los medios de comunicación y, según ICG, ha detenido al menos a siete periodistas.
Esta organización lleva más de 20 años investigando y acompañando a gobiernos y organismos internacionales de todo el mundo en la resolución y prevención de conflictos.