Construido a principios del siglo XIX, el Real Sitio de la Isabela fue un balneario que se construyó a orillas del río Guadiela a su paso por las localidades de Cañaveruelas (Cuenca) y Sacedón (Guadalajara). En su día, se pensaba que las aguas que regaban a estos pueblos tenían propiedades curativas. Incluso el rey Fernando VII se sumergió en ellas para tratar sus males. Así el balneario de La Isabela gozó de gran notoriedad durante todo el siglo XIX hasta que, una vez llegado el franquismo en el siglo XX, sus instalaciones formaron parte de un proyecto hidráulico que haría que este real sitio quedara anegado por un pantano.
La cabecera del Tajo se sirve de este embalse que un día fue denominado "Mar de Castilla" y que año tras año mantiene a vecinos y asociaciones de la zona en pie de guerra. El motivo, alegan que el trasvase Tajo-Segura tiene gran parte de la culpa del estado de sequía y poca capacidad del embalse de Buendía, así como el de Entrepeñas, verano tras verano.