La Generalitat Valenciana sigue en sus trece. Hoy mismo el presidente, Ximo Puig, ha descartado cualquier posibilidad de una apertura total para el relanzamiento de la economía pese a los buenos datos de incidencia acumulada que vive la región en las últimas semanas.
"Hay que ser prudentes y no tener una prisa excesiva, sino llegar al verano en las mejores condiciones posibles" ante la pandemia. Con estas palabras, el castellonense verbalizaba el miedo de sus Gobierno tripartito a un nuevo pico en la pandemia como el que se produjo tras las vacaciones de Navidades.
Ni levantamiento del toque de queda, ni ampliación de horarios, ni permiso para quitarse las mascarillas. "No habrá cambios disruptivos", ha señalado tras visitar el Monasterio de San Miguel de los Reyes de València con motivo del Día de los Museos.
Y como viene siendo habitual, anteponiendo como argumento no las opiniones políticas de socialistas, nacionalistas y podemitas, sino "las aportaciones que hagan los grupos de expertos de la Generalitat y técnicos de Salud Pública".
Progresividad
"Estamos en una situación de superación continuada de la pandemia, de apertura progresiva que tiene que tener también sus tiempos", ha asegurado. E incluso ha llegado a decir que el toque de queda "ha sido fundamental para contener la pandemia", algo que difícilmente puede corroborarse
No obstante, en su opinión este toque de queda que ha impedido la movilidad de personas durante ocho o seis horas por la noche, forma parte de un relato. Y es que, según ha dicho, lanza el mensaje de que "no hemos superado la pandemia, que es la realidad", por lo que ha avanzado que no habrá "cambios disruptivos".
"Las decisiones que se van a tomar no van a ser cambios" de una gran "profundidad", según Puig, quien ha añadido: "Tenemos una hoja de ruta bastante clara y predecible".
A su juicio, la Generalitat está "en el camino correcto" y hay que "afianzarlo", y ha advertido de que aún no se disponen de los datos epidemiológicos como consecuencia del primer fin de semana completo sin estado de alarma y, consecuentemente, de apertura territorial.
Más citas
Por su parte, desde la Conselleria de Sanidad han comunicado que los centros de Atención Primaria han concertado 350.686 citas telefónicas y 304.908 presenciales en la primera semana en la que se ha podido elegir entre ambas modalidades.
Este primer balance es "positivo" para la consellera de Sanidad, Ana Barceló, quien ha indicado que según el problema que necesita resolver, la persona puede optar por la atención telefónica o por la presencial cuando pide cita en Primaria. "Son formas complementarias de atención y las dos están teniendo una buena acogida por parte de la ciudadanía", asegura la consellera.
Según Barceló, las citas telefónicas se han consolidado entre la población para resolver problemas que no necesitan atención presencial, especialmente en Medicina de Familia y Pediatría.
Esto es así porque, durante la época más dura de la pandemia, la atención telefónica ha permitido a los usuarios comunicarse con los profesionales sanitarios para resolver dudas puntuales, conocer resultados de exploraciones complementarias o recibir información de interconsultas con otros especialistas.
Además, vía telefónica, se han desarrollado consultas clínicas en situaciones en las que no se precisaba atención presencial por tratarse de un problema ya conocido, valorado en consultas anteriores y/o que no requería de exploración física.
También se ha hecho el seguimiento y control de problemas crónicos (monitorización de peso, tensión arterial o control glucémico); y se ha vigilado el cumplimiento de pautas de alimentación y ejercicio físico. Además, se han desarrollado actividades de educación, refuerzo y mejora del conocimiento de la enfermedad por parte del paciente y su autocontrol.
"El objetivo es optimizar la asistencia, prevenir que haya un número mayor de personas en los centros de Atención Primaria y evitar a la ciudadanía desplazamientos innecesarios", ha destacado la consellera.