Dos agentes de la Guardia Civil han salvado la vida a una mujer de 51 años que se estaba ahogando con una pieza de fruta en su domicilio del municipio alicantino de Almoradí. Según han informado fuentes del caso, los conductos respiratorios de la mujer habrían quedado obstruidos por culpa de un trozo de melocotón. La nieta de la misma, al no saber a quien acudir, alertó a las autoridades de lo que estaba pasando para que se persoran en la casa y trataran de ayudarla.
Según la Guardia Civil, a las 21.05 horas del pasado jueves, una patrulla recibió un aviso en el que se informaba que una mujer se estaba asfixiando en su domicilio. Tras llegar a la vivienda, los agentes encontraron a una mujer muy nerviosa, que les explicó que su abuela se estaba ahogando en la primera planta. Al subir las escaleras, se cruzaron con un grupo numeroso de personas, al parecer eran familiares, que ya la estaban bajando por las escaleras para intentar socorrerla.
La señora mostraba evidentes signos de estar asfixiándose, respirando dificultosamente con un ruido muy agudo, con la cara muy pálida, incapaz de hablar y llevándose las manos al pecho.
En el mismo rellano de la escalera, mientras uno de los agentes pidió a los familiares que dejaran espacio para actuar mientras que el otro detectó el origen del problema y con ayuda del compañero la agarró por detrás y la elevó en vilo para realizarle la maniobra de Heimlich.
Con fuertes contracciones, esta maniobra propició que la mujer expulsara un trozo de fruta (un melocotón) que obstruía sus conductos respiratorios, y así evitar el ahogamiento, que podría haber tenido graves consecuencias.
Según fuentes del caso, la mujer poco a poco fue recuperando la normalidad en su cuerpo, aunque seguía estando algo desorientada. Después, fue trasladada a su domicilio mientras esperaban a los servicios de emergencias, que llegaron a los pocos minutos. Ellos comprobaron que las constantes vitales de la mujer volvían a la normalidad y ratificaron su recuperación.
Un accidente común
El atragantamiento se produce cuando un objeto extraño queda atrapado en la garganta o en la tráquea bloqueando el flujo de aire del organismo. Este accidente impide que el oxígeno llegue al cerebro de forma correcta. En este tipo de casos, la velocidad de reacción es crucial, ya que si las vías respiratorias quedan obstruidas entre 4 y 10 minutos, el riesgo de sufrir algún daño cerebral es superior.
Según una estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2017 un total de 2.336 personas perdieron la vida en España, tras atragantarse con un trozo de comida u otro objeto, sin que nadie pudiera socorrerlas. Además, la mayoría de las muertes se produjeron en personas con una edad superior a los 65 años (2.112).