Efectivos de la Guardia Civil de Alicante desde la embarcación “Río Ladra” rescataron este miércoles a una mujer holandesa de 61 años que, por causas del viento, se había alejado más de 500 metros de la costa haciendo paddle surf. Los agentes localizaron a la surfista agarrada a una boya de red con síntomas compatibles con una hipotermia, por lo que aplicaron una primera asistencia médica básica, devolviéndola posteriormente a puerto con su marido.
Los hechos se iniciaron el pasado miércoles 08 de diciembre, cuando una surfista holandesa de 61 años estaba practicando paddle surf en la zona de la playa de la Marina de Guardamar del Segura. Al parecer la auxiliada, debido al viento de poniente reinante en la zona, se alejó de la costa más de 500 metros.
La mujer intentó regresar a la costa en diversas ocasiones, y para evitar ser tragada por el mar, solo pudo agarrarse a un arte de pesca que se encontraba desplegada en la mar, concretamente a una boya de red.
Sobre las 13:00 horas aproximadamente, el marido de la surfista fue el encargado de dar la voz de alarma, cuando observó cómo su mujer tenía serias dificultades para salir del mar.
El Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana trasladó el aviso a la Guardia Civil de Alicante, quien rápidamente movilizó la embarcación “Rio Ladra”, perteneciente al Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Alicante.
La tripulación de la embarcación de la Guardia Civil no tardó en localizar a la mujer agarrada a una boya, por lo que iniciaron rápidamente el procedimiento de auxilio a la misma. Los agentes apreciaron síntomas de hipotermia, por lo que decidieron aplicarle unos primeros auxilios básicos.
Una hora en el mar
Una vez a salvo, la surfista le contó a los agentes que estaba practicando pádel surf cuando, de repente, el viento le arrastró mar adentro, resultándole imposible volver a tierra firme por sí misma. Según esta, la única solución que encontró fue sujetarse a una boya, estando en la misma una hora aproximadamente, hasta que fue rescatada.
Finalmente la embarcación regresó a tierra con la auxiliada, la cual fue trasladada al Puerto de Santa Pola. Allí la estaba esperando su marido.
La Guardia Civil recuerda que el mar es imprevisible y que aunque el viento sea favorable, este puede cambiar rápidamente, por ello siempre debemos medir nuestras fuerzas. Si vemos que nos estamos cansando demasiado rápido, mejor volver antes de que sea demasiado tarde.