El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, en el pleno de presupuestos de esta semana.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, en el pleno de presupuestos de esta semana. EFE

Alicante ANÁLISIS

Agua, lengua y ahora turismo: por qué Alicante es territorio hostil para el Gobierno del Botánico

Las políticas de los socios del PSOE, el ninguneo del Ejecutivo central a la provincia y los errores no forzados han agrandado la brecha entre norte y sur de la Comunidad.

24 diciembre, 2021 22:09
Alicante

Noticias relacionadas

A pesar de los evidentes esfuerzos del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por tratar de limar asperezas con el sur de la Comunidad Valenciana durante las dos últimas legislaturas, lo cierto es que, por acción u omisión, las crisis abiertas no han dejado de sucederse. Agua, lengua o turismo, las alianzas de Puig con sus socios nacionalistas, la tormentosa relación del Gobierno de España con la provincia o los errores no forzados son una amenaza constante a la tan cacareada vertebración del territorio impulsada desde el Palau.

El último conflicto ha venido por la decisión del Gobierno Botánico de impulsar antes del mes de abril una propuesta para gravar las pernoctaciones a visitantes, una medida que el empresariado alicantino rechaza en bloque y que afecta fundamentalmente a la principal actividad de la Costa Blanca, con un impacto en el PIB que en algunos puntos alcanza el 50%.

Desde que el pasado martes el síndico socialista Manolo Mata firmase con Compromís y Unidas Podemos su pacto para desdatascar la concocida como "tasa turística", las reacciones negativas no han dejado de sucederse. Desde Hosbec, Aptur, la CEV o Facpyme, por citar algunos ejemplos, hasta el Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, quien también emitió una nota breve pero con valoración negativa sobre el anuncio.

Sin embargo, lo más grave para el Botánico, especialmente para el PSOE, es lo que deja entrever la decisión. La maniobra de Mata ha dejado en evidencia al secretario autonómico de Turismo, el socialista Francesc Colomer, cuya oposición a este tributo ha sido una constante en los últimos años y se había acentuado en las última semanas. Colomer había arrastrado a esta postura incluso al propio Puig, quien llegó a afirmar en público que "no era el momento" de abrir este melón.

La firma de Mata, que pone fecha para dentro de tres meses a la primera propuesta de tasa turística, desacredita la postura de los socialistas y, más allá de que sea una muestra de división interna o falta de comunicación, lanza el mensaje de que el partido del Botánico más cercano a las patronales "no es de fiar", como comentaron fuentes empresariales a El Español.

No solo eso: si ni siquiera las directrices lanzadas de manera clara por Puig se respetan, ¿qué credibilidad tiene un supuesto proceso de diálogo que PSOE, Compromís y Podemos quieren abrir con los empresarios para implantar este tributo?

Agua y lengua

La tasa turística es la última de una serie de crisis que se han ido extendiendo a lo largo de los últimos años, algunas de las cuales se han enquistado en el debate público. La primera, el agua, con el Gobierno de España asumiendo las tesis de Castilla-La Mancha e impulsando un recorte efectivo del trasvase Tajo-Segura con el que la Generalitat ha tenido que tragar. Al menos de momento.

Por mucho que Puig lo niegue, la política está jugando un papel muy importante en el posicionamiento de la Generalitat, que ha evitado hacer frente común con otras regiones perjudicadas como Murcia para defender el trasvase en los tribunales. De hecho, en su discurso ya se ha introducido la necesidad de combinar la política de trasvases con la desalación, parte del viejo sicruso socialista para solucionar la problemática del agua.

Respecto a la cuestión linguística, padres y profesores del sur de Alicante han presentado recursos contra el decreto de plurilingüismo sin que hayan tenido respuesta hasta la fecha. Se trata de un tema, además, que cogerá inercia en los próximos años, tanto como arma electoral como en función del recorrido que tenga en los tribunales.

El presidente de la Diputación de Alicante y del PPCV, Carlos Mazón.

El presidente de la Diputación de Alicante y del PPCV, Carlos Mazón.

Con estos antecedentes, no parece algo arbitrario que el principal rival de Ximo Puig para revalidar la Presidencia de la Generalitat sea el presidente de la Diputación de Aliante y actual líder del PPCV, Carlos Mazón.

Las decisiones de la Generalitat Valenciana han permitido a Mazón adoptar con naturalidad un discurso que trasciende el rictus del cantonalismo para caer directamente en el imaginario que conecta con una buena parte de la sociedad alicantina: que existe una hostilidad inherente al norte de la provincia y que afecta directamente a la forma de vivir de Alicante.