Agentes de la Comisaría de Policía Nacional de Benidorm han imputado un delito de "riesgo catastrófico" a dos responsables de un edificio de apartamentos de alquiler al tener casi un centenar de bombonas de gas butano en la azotea del inmueble en un deficiente estado de conservación, "estando casi la totalidad a pleno sol y sin ningún control de seguridad".
Fuentes del cuerpo explicaron que el gas que contienen los recipientes debe de estar a una temperatura adecuada y en un lugar donde a las botellas no les incida directamente la luz solar, ya que si sobrepasa ciertos límites puede causar peligro de explosión debido a un calentamiento extremo.
Los agentes también dieron cuenta al Servicio Territorial de Industria de Alicante, que es el departamento que se encarga de la gestión y posible sanción administrativa del suceso. También es el responsable de mantener un futuro control y seguimiento del inmueble.
Las diligencias policiales fueron remitidas al Juzgado de Instrucción de Guardia número dos de Benidorm y los implicados han quedado advertidos de la obligatoriedad de comparecer en sede judicial, según explicaron las mismas fuentes.
¿Qué dice la normativa?
Según la normativa oficial ITC-ICG 06 se pueden almacenar hasta un máximo de 300 kg entre bombonas llenas y vacías, lo que supone aproximadamente unos 20 bombonas de butano. En principio, no hay problema con hacerlo al aire libre (de hecho, en muchos casos estaría recomendado) pero no se pueden exponer al calor, incluido la luz solar.
En caso de que se guarden en una terraza, por ejemplo, además de no exceder el peso máximo las bombonas, éstas deben de estar cubiertas. Tampoco se pueden almacenar en sótanos, pasillos o escaleras, ni estar colocadas en posición horizontal. Eso implicaría que la válvula de seguridad que llevan puede fallar.
En general las bombonas de butano están diseñadas para soportar hasta 26 kg/m2 de presión interna, lo que se traduce en aproximadamente unos 150 grados. Si se alcanza esa temperatura. la válvula se activa para que el gas salga y no se produzca una explosión.
Estas características son aplicables a una bombona en perfecto estado, pero se deterioran con el paso del tiempo. Además, existe un riesgo añadido: en caso de incendio la temperatura se puede alcanzar muy rápidamente e incluso provocar una reacción en cadena, algo más fácil si -como en el caso de Benidorm- hay más de 100 bombonas apiladas en una misma ubicación. Es por esto por lo que la legislación no permite almacenarlas de esta forma ni en una cantidad tan grande.