Las elecciones en Castilla y León del próximo 13 de febrero no serán decisivas para el futuro de Cs, los comicios autonómicos andaluces, sí. Esta es la opinión generalizada entre los dirigentes de Cs en la Comunidad Valenciana ante su futuro a medio plazo, cuando el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, convoque a la Comunidad Valenciana a las urnas.
En el seno de Cs todo son especulaciones, pero ya se da por seguro que las elecciones castellanas no deben marcar su futuro, muy negro a la vista de los sondeos. Un futuro que pasa por las conversaciones que mantienen desde hace meses la líder nacional del partido liberal, Inés Arrimadas, y el líder autonómico del PP, Carlos Mazón.
Para los liberales el objetivo es conservar las siglas y la estructura de partido, lo que mantendrá vivo "el proyecto y el discurso". Si Cs puede gobernar con el PP, y viceversa, sin necesidad de Vox, todos salen ganando en credibilidad. Los acuerdos en el Ayuntamiento de la capital y en la Diputación de Alicante les llevan a pensar que es posible.
Pero ¿cómo hacerlo? Ya se exploran diferentes vías: una coalición electoral al estilo de "España Suma", la inclusión de miembros de Cs como independientes en las listas del PP o directamente la fusión, pero manteniendo la siglas.
La primera es la más fácil, pero después de la experiencia de las elecciones vascas no parece lo más recomendable ni para los unos ni para los otros. Tampoco entonces los resultados acompañaron.
La segunda es complicada a largo plazo porque cuando te presentas bajo otras siglas, las tuyas se desvanecen. Al menos eso piensan en Cs. De ahí que a lo mejor es posible innovar creando una especie de coalición estable como fue la UCD, con varios partidos con voz propia dentro de su seno: liberales, conservadores y democristianos (UCD también amparó a socialdemócratas).
Andalucía
En Andalucía no se tienen claras las intenciones de Juanma Moreno para fijar la fecha de los comicios, pero muchos dan por hecho que su preferencia es el mes de junio. Entre tanto se suceden los sondeos y el PSOE ya ha movido ficha para situar a su candidato en el hipódromo ante lo que pueda suceder, Juan Espadas.
Lo que sí que está claro es la conveniencia de que PP y Cs concurran juntos. El líder liberal, Juan Marín no suelta prenda del modelo que se utilizará aunque repite continuamente que "la sintonía es máxima". Moreno asiente. La complicidad personal es importante en estos casos.
Inés Arrimadas, por su parte, defiende que Andalucía es una "isla encapsulada" para dejar hacer en el territorio y no mezclar sus malas relaciones con Pablo Casado en un proceso que puede darle un balón de oxígeno después del previsible varapalo de Castilla y León. En la Comunidad Valenciana, junto a Mazón, utilizaron un eufemismo similar: "territorio burbuja".
Una de las peculiaridades que muestran los andaluces respecto a la Comunidad Valenciana es que Cs y PP firmaron un "pacto de no agresión" que incluía no permitir el trasvase de militantes de uno a otro partido. Sólo se dieron dos casos y fueron expulsados. Aquí no ha ocurrido eso, empezando por la cooptación del exlíder regional liberal, Toni Cantó, por la dirección nacional del PP. Y siguiendo por el exresponsable de Organización autonómico, Emilio Argüeso.