Cuadro anónimo que se guarda en el Ayuntamiento de Alicante sobre los fusilamientos de los mártires de la libertad.

Cuadro anónimo que se guarda en el Ayuntamiento de Alicante sobre los fusilamientos de los mártires de la libertad.

Alicante HISTORIA

Quiénes eran los mártires de la libertad, los héroes liberales de Alicante que el franquismo no pudo borrar

La ciudad celebra este fin de semana la procesión que conmemora el fusilamiento de siete oficiales de Pantaleón Boné, sublevados contra el Gobierno de González Bravo.

12 febrero, 2022 03:54
Alicante

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Este sábado 12 de febrero Alicante celebrará una procesión cívica desde Plaza de la Constitución hasta el Panteón de los Guijarro, donde se realizará una ofrenda floral en memoria mártires de la libertad. La marcha, que incluye alocución de los representantes de instituciones y partidos políticos, se celebra cada año en el sábado más cercano al 14 de febrero. En ese día, en 1844, fueron fusilados siete oficiales del comandante de carabineros Pantaleón Boné, sublevados para exigir una serie de mejoras políticas, económicas y sociales frente a la vuelta al poder de los moderados.

¿Cuál es la historia detrás de los mártires de la libertad, y de dónde viene su arraigo con Alicante? Pantaleón Boné inició en enero de 1844 una revuelta contra el gobierno de Luis González Bravo, formado a finales de 1843 tras la caída de la Regencia de Espartero. Su mandato se caracterizó por un enorme retroceso en los derechos civiles recogidos en la Constitución de 1837.

Esta situación fue objeto de crítica entre militares de corte más progresista, como el coronel aragonés Pantaleón Boné, destinado a Valencia. Boné ideó entonces una rebelión contra el Gobierno que empezaría en Alicante, y se desplazó a la ciudad acompañado de 150 carabineros de infantería, 50 de caballería y un batallón de infantería de Saboya. Su objetivo era tomar la ciudad, algo que consiguió simplemente convenciendo a los oficiales de la guarnición de Alicante y los del Castillo de Santa Bárbara que le apoyasen. En apenas un par de días la ciudad había caído.

Tras el triunfo del pronunciamiento liberal en Alicante, la idea era extenderlo por toda la provincia y recibir incluso el apoyo de las ciudades de Murcia, Albacete, Almería y Málaga. Sin embargo, su principal objetivo era defender el municipio de un inminente ataque. Para ello formuló un edicto con el que estimular el reclutamiento de la población, a la que ofrecía alimentos y un sueldo de tres reales, y reforzó las defensas del Castillo de San Fernando. También nombró alcalde a Cipriano Bergez en sustitución Miguel Pascual de Bonanza, fiel al Gobierno de España.

Fusilamiento de los oficiales de Pantaleón Boné.

Fusilamiento de los oficiales de Pantaleón Boné.

La batalla, el sitio y la traición

González Bravo ordenó al capitán general de Valencia, Federico Roncali, que retomase el control de la ciudad. Colocó su cuartel general en Villafranqueza. Desde el sur se le unió el general Pardo, que se encontraba en Murcia, y se instaló en San Vicente del Raspeig. Boné ordenó entonces a sus tropas que saliesen al encuentro del enemigo, para evitar que los dos ejércitos se fusionaran. Se enfrentaron el 5 de febrero en Elda, con victoria de las tropas gubernamentales y varios hombres clave de la rebelión resultaron capturados.

La provincia cayó rápido y solo quedaba la capital. A partir del 7 de febrero comenzó el sitio, con bombardeos constantes desde el mar. El día 14, siete oficiales capturados en la batalla de Elda fueron fusilados en el Panteón de los Guijarro, y el ambiente empezó a hacerse cada vez más opresivo dentro de Alicante. La comida escaseaba la moral estaba baja y los liberales empezaron a perder el apoyo civil, muy especialmente después de que Boné mandase fusilar a un vecino acusándole de ser un espía.

Finalmente sus vaticinios de traición se cumplieron: el capitán Juan Martín negoció la rendición de la ciudad a espaldas del comandante y facilitó con sabotajes la entrada de las tropas. Boné huyó el 5 de marzo, ya con todo perdido, pero fue capturado en Sella y devuelto a Alicante.

El 8 de marzo de 1844, el militar rebelde y sus 23 oficiales fueron fusilados en el Malecón, la actual Explanada de España, sin juicio previo.

Monumento de Bañuls.

Monumento de Bañuls.

El legado

Estos acontecimientos dejaron una profunda huella en Alicante. El lugar donde Boné y sus hombres fueron ejecutados se renombró como el Paseo de los Mártires de la Libertad a mediados del siglo XIX. El el 8 de marzo de 1907 se instaló el Monumentos a los Mártires de la Libertad en la Puerta del Mar, obra del escultor Vicente Bañuls. El Ayuntamiento dio una calle a Boné y otra al 8 de marzo. También celebró actos públicos ese día en recuerdo de las libertades, incluyendo una misa desde 1854 hasta 1936.

Después de la Guerra Civil, el franquismo eliminó el nombre del Paseo de los Mártires de la Libertad y le devolvió el de Explanada de España, que es el que conserva en la actualidad. También suprimió todas las referencias a la rebelión de Boné en el callejero, tanto en Alicante como en Villafranqueza, desmontó el monumento de Bañuls y, por supuesto, dejó de conmemorar el 8 de marzo. Los tres de meses de rebelión de 1844 cayeron en el olvido.

No fue hasta después de la Transición que Alicante, con la idea de recuperar la tradición liberal de la ciudad, recuperó esta parte de su pasado. De hecho, la procesión cívica que va hasta el Panteón de los Guijarro y que se repite cada año forma parte de ese ejercicio de memoria en el que participan partidos e instituciones alicantinas. El camino que lleva hasta ese monumento recibe ahora el nombre de Paseo de los Mártires de la Libertad, en recuerdo de la rebelión fallida organizada por Boné y sus oficiales.