Alicante es una de las provincias españolas con un mayor número de ucranianos empadronados (unos 10.000), y una amplia comunidad en zonas como Torrevieja, donde conviven con una de las mayores comunidades rusas de España. Será, además, uno de los tres puntos estratégicos del Gobierno de España (los otros dos estarán en Madrid y Barcelona) a la hora de acoger refugiados de ese país, ya que se habilitará un centro en Ciudad de la Luz, cerca de la capital.
No es de extrañar entonces que las peticiones de ayuda se hayan disparado en los servicios de Cruz Roja de la provincia, tal como informó este miércoles a través de Efe la coordinadora provincial de la institución benéfica, Carolina Espadas. En concreto, desde que estalló la guerra ha habido 234 solicitudes por parte de personas y familias desplazadas.
Según comenta Espadas, estas personas "han acudido por su propio pie para solicitar información sobre los trámites para la reagrupación familiar, acogerse a la protección internacional o a la figura de asilo, así como para pedir distintos tipos de ayudas, principalmente alimentos y de ropa".
Según Espadas, desde que estalló el conflicto ha habido un flujo constante de personas aunque en los últimos días el número "se ha disparado", muchos de ellos preguntando "qué alojamiento van a poder obtener" en el plazo de unas breves fechas.
"La principal preocupación de estas personas y familias, muchas veces extensa (abuelos y otros familiares), es saber qué va a pasar con ellos a corto plazo", según la coordinadora provincial de Cruz Roja.
El motivo es que en un primer momento estos desplazados son acogidos de urgencia por familiares y amigos pero esta situación es provisional, y requieren de una solución habitacional a corto plazo. "En algunos domicilios de ucranianos en unos días han pasado de alojarse tres personas a siete o hasta nueve personas", ha relatado Espadas.
La Cruz Roja en Alicante cuenta con varias decenas de plazas de acogida vinculadas al programa de protección internacional, una cifra que podría ampliarse en el futuro.
Minuto de silencio en Ayuntamiento y Diputación
Por otra oparte, el Ayuntamiento de Alicante y la Diputación provincial guardaron este miércoles cinco minutos de silencio este miércoles para condenar la invasión rusa en tierras ucranianas, en una jornada en la que la Comisión de Hacienda del organismo provincial ya ha aprobado la modificación presupuestaria que permitirá destinar dos millones de euros al pueblo ucraniano.
A las puertas del Palacio Provincial y del Consistorio local, respectivamente, representantes de ambas instituciones se concentraron para denunciar la situación que se vive en el este de Europa, una realidad que, a juicio del alcalde de Alicante, Luis Barcala, quien presidió este acto, es "absolutamente condenable e inaceptable".
El regidor alicantino exhortó al presidente ruso, Vladímir Putin, a "que pare la guerra", porque en situaciones como esta "es la población civil la que termina pagando el precio más alto".
Así, afirmó que Rusia está a tiempo de que en Ucrania "no sea necesario paliar el daño" y que "éste no se produzca", por lo que ha llamado a la sensatez y a la conciencia para "no destrozar la vida a tantos millones de inocentes".
Preguntado por la situación de las personas que llegan a Alicante, afirmó que los desplazados que ya están en la ciudad es porque "tienen familiares o amigos", al tiempo que señaló que el consistorio está "a expensas" de que la Generalitat comunique "dónde y a quién alojar", aunque entiende que hay que seguir unos protocolos y coordinarse para "hacerlo bien".
Por su parte, la concentración frente al Palacio Provincial de la Diputación de Alicante fue presidida por la vicepresidenta primera y diputada de Cultura, Julia Parra, y los portavoces del todos los grupos políticos: Eduardo Dolón, del Grupo Popular; Toni Francés, del Grupo Socialista; Javier Gutiérrez, del Grupo Ciudadanos, y Gerard Fullana, de Compromís.
Desde el organismo provincial resaltaron que los dos millones de euros en ayudas se sufragará con remanentes y dará cobertura a las ONGs que estén interviniendo en los corredores humanitarios y en las fronteras de los países donde llegan los refugiados huyendo de la guerra.