Alicante

Agentes de la Guardia Civil han intervenido en Alicante unas 20 toneladas de naranjas que habían sido tratadas con clorpirifos, un plaguicida cuyo uso en la industria alimenticia está prohibido en la Unión Europea desde 2020. La mercancía se había distribuido a través de otras empresas de Alicante, Barcelona, Castellón, Murcia y Valencia, a sabiendas de que el producto contaminaba los frutos. 

La operación -llevada a cabo con la colaboración de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones de la Generalitat Valenciana- se ha saldado con la investigación de siete personas por delitos contra la salud pública, falsedad documental, contra el comercio y los consumidores, y por constitución de grupo criminal.

Los registros han tenido lugar en varias instalaciones de empresas frutícolas: una en Barcelona -dónde se analizó la partida inicialmente-; una en Castellón; dos en Valencia; una en Alicante -empresa propiedad del líder de la banda-; y la última, en Murcia.

Egipto-Barcelona

Las naranjas -ya retiradas del mercado- procedían de Egipto y fueron adquiridas en Barcelona por el líder de esta red, que conocía el empleo de este plaguicida prohibido en los cítricos que pretendía vender.

El importador, cuya empresa estaba ubicada en la provincia de Alicante, declaró a las autoridades que las naranjas detectadas en Barcelona habían sido vendidas a una empresa en Murcia, y posteriormente en Valencia. Una vez adquiridas por un empresario de la provincia de Valencia, se suponía que este último había contratado con otra empresa de esa misma provincia la destrucción de las naranjas contaminadas.

Sin embargo, los agentes del Seprona, con la información aportada por las autoridades sanitarias, han descubierto la falsedad de esa declaración. Los investigadores han encontrado un entramado de empresas implicadas, distribuidas por el levante español, y dirigidas por el importador desde Alicante.

Los investigados habían creado las facturas, albaranes de compra y venta, e incluso los documentos de destrucción -de forma ficticia-, tratando de convencer a las autoridades de que las naranjas serían retiradas del mercado destinándolas a la destrucción.

La operación Hisnlukk ha sido desarrollada por el Seprona de Alicante que ha contado con la colaboración de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones. También han participado también las Áreas de Seguridad Alimentaria de Alicante, Alzira (Valencia) y Murcia. Se ha contado con el apoyo de las Unidades Técnica y Operativa Central de Medio Ambiente de la Guardia Civil.

Naranjas confiscadas por la Guardia Civil de Alicante.

Clorpirifos

La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades del Gobierno Estados Unidos establece en una publicación de 2016 que el clorpirifos es "un insecticida organofosforado de amplio uso en las viviendas y en la agricultura". Se usaba para controlar plagas de cucarachas, pulgas, así como también en algunos collares antipulgas para perros.

A corto tiempo (un día) y en cantidades minúsculas (miligramos), el clorpirifos puede provocar "mareos, fatiga, secreción nasal, lagrimeo, salivación, náusea, molestia intestinal, sudor y cambios en el ritmo cardíaco". Sin embargo, a niveles más altos, la persona expuesta al clorpirifos puede sufrir "parálisis, convulsiones, desmayos y hasta la muerte". Por ello, en febrero de 2020 la Comisión Europea prohíbe oficialmente el uso del clorpirifos y metil clorpirifos. 

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