La fiscalía pide 25 años de cárcel para un holandés que se sentará desde este lunes en el banquillo de los acusados ante un jurado popular por el asesinato de su pareja sentimental, rumana de 36, mediante 16 puñaladas con un cuchillo de cocina antes de cortarle el cuello en Moraira (Alicante), en 2020.
La fiscalía sostiene que, después de cometer el crimen, el acusado envolvió su cuerpo en un nórdico y lo arrojó en un contenedor situado en una urbanización, en el que fue encontrado por los operarios del servicio de recogida de basura al día siguiente.
El acusado es un exmarine procedente de Holanda, abrió Brilliant Real State, una inmobiliaria con atención personalizada a los europeos establecidos en Moraira donde trabajaba su pareja sentimental.
Los hechos se produjeron en la madrugada del 16 de febrero de 2020 después de que el acusado y la víctima entablasen una discusión motivada por los celos.
De acuerdo con el escrito de calificación inicial de la Fiscalía que se verá en el juicio en la Audiencia Provincial de Alicante, la disputa se originó dos días antes de la agresión mortal, cuando el acusado se encontró con su pareja sentimental en un bar acompañada por otro hombre.
Al día siguiente, el 16 de febrero, el acusado acudió a otro pub del municipio en busca de su pareja, donde la encontró con otro hombre besándose.
Ambos entablaron una discusión hasta que abandonaron el pub juntos y se dirigieron a la oficina de la agencia inmobiliaria regentada por el acusado, donde aprovechó que ella había entrado al baño para coger un cuchillo de quince centímetros de hoja y asestarle una primera puñalada "sorpresiva" por la espalda, "eliminando la capacidad de respuesta y de defensa" de la víctima.
Según la Fiscalía, la mujer logró darse la vuelta, pero no impidió que el acusado continuase apuñalándola hasta en 16 ocasiones y que, finalmente, le cortase el cuello.
Deshacerse del cuerpo
En la mañana del mismo día 16 de febrero, el hombre regresó a la inmobiliaria donde había dejado el cadáver, lo envolvió en una manta, lo precintó con cinta americana y lo volvió a cubrir con un nórdico que ató con una cuerda de nylon.
Después, limpió la sangre y dejó el cuerpo en la oficina hasta que en la madrugada del día 17 lo cargó el cadáver en su vehículo y lo trasladó hasta la urbanización en la que lo arrojó a un contenedor de residuos.
La acusación pública solicita para el acusado la pena de 25 años de prisión como responsable de un delito de asesinato y, además, plantea que se le imponga el pago de una indemnización de 12.000 euros a la madre de la víctima y de otros 100.000 a su hijo, menor de 14 años, en concepto de responsabilidad civil.