El "diálogo con el sector" se ha convertido en un monólogo de una parte del Gobierno valenciano, que parece querer avanzar en su proyecto de tasa turística sin que nadie le lleve la contraria. Después de haber lanzado un proyecto de impuesto con el rechazo de todas las patronales de la Comunidad, cargos de la Conselleria de Hacienda participarán este jueves en un workshop en la Universitat de València que, bajo el título 'El impuesto sobre Estancias Turísticas', amaga con convertirse en un acto de apoyo cerrado a la propuesta de PSOE, Compromís y Unidas Podemos.
En él no solo participarán cargos de la Conselleria de Hacienda como el director general de Tributos y Juegos de la Generalitat, Rafael Beneyto, sino también la secretaria de Hacienda de Cataluña, Marta Espasa, o el director general de Financiación de Islas Baleares, Xisco Oliver. A esa misma mesa está invitado el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia (ciudad que prevé poner la tasa), Borja J. Sanjuán, y la diputada de las Cortes valencianas Papi Robles (síndica de Compromís).
Tras una segunda parte más académica (con profesores de Valencia, Barcelona y Baleares), la clausura correrá a cargo del secretario autonómico de Hacienda, Francesc Gamero. En la lista no aparece ningún representante político que esté en contra del tributo, como el PP (principal partido de la oposición), Ciudadanos o Vox. Tan solo la síndica de Compromís.
Tampoco han sido invitado la patronal, quien ha manifestado en bloque su rechazo. De hecho, algunas asociaciones catalanas firmaron el manifiesto empresarial puesto en marcha en la comunidad contar la tasa al asegurar que les habían "engañado" con el destino del dinero recaudado con el tributo.
Otro que falta es el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, el actual responsable de coordinar la política turística valenciana y que ha calificado de "error" el imponer este impuesto. Hasta el punto de amagar con su dimisión si sale adelante.
Sin confrontación
El problema, según comentaron a EL ESPAÑOL las fuentes empresariales consultadas, no es el tema ni los invitados. Es que se pretenda eliminar cualquier resistencia a la llamada tasa turística "simplemente evitando el diálogo, sin que nadie pueda confrontar con datos que los ecosistemas turísticos de Cataluña y Baleares no tienen absolutamente nada que ver con la Comunidad Valenciana".
Lo cierto es que esta huida hacia adelante no es una novedad en la extraña estrategia de aprobación de la tasa turística que impulsan los grupos en las Cortes de PSOE, Compromís y Unidas Podemos. En su día ya se presentó en Valencia cuando el grueso de las asociaciones turísticas con mayor representación del negocio están en Alicante.
Además, se ha difundido de forma poco sutil que la tasa (que ni siquiera es una tasa) un impuesto "voluntario y municipal", algo que es falso: se trata de un tributo autonómico, con una bonificación en principio del 100 % y que incluye una disposición adicional para que los ayuntamientos que lo deseen también la cobren. Incluso a los propios residentes en la Comunidad, que también tendrán que pagarlo.
El proyecto ha causado divisiones internas en las filas socialistas, con cargos como su secretario provincial en Alicante, Alejandro Soler, prometiendo a los hoteleros que peleará porque nunca llegue a implantarse, o alcaldes como el de Elche, Carlos González, quien la ha calificado de "inoportuna". Pero es que la implantación del impuesto también ha sido debatido en las diputaciones de Alicante y Castellón, donde se ha rechazado. Hoy por hoy, tan solo Valencia parece proclive a su implantación. Como se deja ver en la composición del 'workshop' auspiciado por la Generalitat.