Alicante

Un empresario de 40 años ha sido detenido en Alicante por intentar ocultar el accidente laboral de un empleado que cobraba 720 euros al mes por 9 horas al día y a quien no tenía dado de alta. Por este motivo los investigadores creen que le intentó convencer de que dijese que su caída en horario de trabajo, a tres metros de altura y que le ocasionó fractura vertebral con lesión medular, era un accidente doméstico.

La víctima del suceso, un varón venezolano de 22 años, trabajaba sin estar en la Seguridad Social en una empresa de instalación de conductos y aparatos de aire acondicionado, donde llevaba a cabo jornadas de trabajo de hasta nueve horas diarias, de lunes a viernes y comprendiendo trabajos algunos sábados también, por lo que percibía 720 euros al mes.

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La Policía Nacional ha informado de que una de esas jornadas de trabajo se encontraba sólo realizando la instalación de unos conductos de aire acondicionado en un taller cerrado al público, a tres metros de altura subido a una escalera, cuando sufrió una aparatosa caída que hizo que su cuerpo impactase contra el suelo encima de la misma escalera.

Al no poder moverse ni disponer en ese momento de su teléfono, el joven comenzó a gritar pidiendo auxilio a sabiendas de que estaba sólo, llegando minutos más tarde su jefe, quien le ayudó a incorporarse para trasladarle en su propia furgoneta al hospital. Sin embargo, como la víctima no podía caminar, tuvo que cogerle en brazos para introducirle en el vehículo.

De camino al hospital, el empresario convenció a su empleado para que a la llegada al hospital dijese que se había caído en su domicilio mientras colgaba un televisor, puesto que si no lo hacía así podría tener problemas con extranjería, para lo cual, antes incluso de trasladarle al hospital, hizo que fueran al domicilio del accidentado a recoger su pasaporte.

Cuando llegó al hospital, la víctima contó a los sanitarios la versión argüida por su jefe, quien posteriormente llamó al compañero de piso de la víctima para informarle del accidente y que más tarde recibió también una llamada del hospital manifestándole que su amigo estaba grave y que lo tenían que intervenir de urgencia.

El empresario desaparece

Al llegar al hospital, le dijeron que debían pagar los gastos sanitarios por lo que llamó al jefe de su amigo, quien le dijo que ya estaba todo hablado, que se haría cargo de todo y que iría en dos horas al hospital. Sin embargo, no llegó a presentarse en ningún momento y no volvieron a tener más noticias de él, lo que hizo que la víctima contase a su amigo realidad y pidiéndole que llamase a la Policía.

Cuando agentes de la Policía Nacional se personaron en el lugar y tras obtener todos los datos, los agentes investigadores determinaron que el empresario, y concretamente su pareja, que también fue detenida por este asunto, solía captar a través de redes sociales a trabajadores extranjeros de su empresa, aprovechando su condición irregular para pagarles salarios bajos.

De este modo, los agentes procedieron a arrestar al empresario y a su pareja, quien hacía de captadora de trabajadores, al ser conocedora de la condición de irregularidad de los empleados.