Un tatuaje con un ojo dentro de un triángulo picó la curiosidad de Alfonso Molina. El ahora venerable maestro de Constante Alona era entonces un joven curioso que buscó en internet su significado. Una década después, lidera la logia masónica de la ciudad de Alicante que acaba de encender las luces para dejar atrás la vista en Francia y fijarse en España. Y de lo que no pueden quitar ojo es de las pintadas amenazantes y los insultos que reciben por propugnar lemas como libertad igualdad y fraternidad.
Esos insultos y pintadas son los que hacen que por precaución Molina decida no aparecer fotografiado en este reportaje. Muchas actividades de la masonería son públicas e incluso aparecen en prensa, "precisamente para combatir esos prejuicios —porque parece que se arrastran mucho más en el tiempo de lo que uno querría—, debemos normalizar el hecho cada cierto tiempo de que nos mostremos y expliquemos lo que hacemos de forma abierta".
A pesar de ello, puntualiza inmediatamente, "no es nuestro obsesión presentarnos a la sociedad" ni "revelar al detalle todo lo que hacemos porque el sentido es que lo vivas". Molina se reafirma en eso comparándolo con las presentaciones de los novelistas, "cuando un escritor presenta su libro, no te puede contar todos los capítulos y el final exacto".
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Entonces ¿cuál sería el libro en este caso? Molina lo describe centrándose en el proceso. "La masonería tiene un sentido iniciático. Y eso quiere decir que tú vas a pasar por una serie de experiencias que buscan generar en ti una respuesta. Y con esa respuesta vas a tener una serie de reflexiones y vas a tener que elaborar una serie de escritos, vas a dialogar con tus hermanos y vas a plantearte cosas".
Ese proceso se acompaña "de una serie de actuaciones teatrales, como podemos definirlas, para que tú vivas algo y, de esa forma, tengas una experiencia mucho más real". Eso es lo que da le pie a destacar sus mensajes. El objetivo es reflexionar, "pensar cosas que quizás no te has planteado nunca: ¿por qué estamos aquí? ¿cuál es el sentido de la vida? ¿qué significa la libertad, igualdad y fraternidad? No es lo mismo hablar de ello que hacerlo después de haber vivido una experiencia sobre esas cuestiones".
La divisa francesa da pie a que el responsable de Constante Alona explique lo que significa para Alicante que una logia cambie de una obediencia francesa, o federación como se podría entender, a otra española. Y para ello se remonta a la etapa que peor marcó la imagen de la masonería en España, la dictadura franquista, cuando "estuvo mucho tiempo perseguida". "Poco a poco, la masonería en España ha ido resurgiendo gracias a obediencias de otros países que han ido haciendo luces aquí dentro".
Independencia de Francia
Si en España hubo en el siglo XX masones famosos como Ramón y Cajal o Manuel Azaña, luego desaparecieron durante esas cuatro décadas. El impulso posterior es lo que dio pie a la aparición de la Gran Logia Simbólica Española, o GLSE como explican, que seguía estando apoyada por una agrupación extranjera, en este caso el Gran Oriente de Francia.
Al "crecer, crecer y crecer" que marcó los últimos años, el responsable de Constante Alona razona que "estamos en un momento que creemos que ya es el momento adecuado para dar el paso y volver a reclamar que la masonería española tenga un peso específico, se autogestione y sea independiente aunque tenga lazos fraternales con otras Obediencias".
"Y por desgracia el hecho de dialogar y pensar libremente hoy en día, sigue siendo una actividad que es peligrosa para algunas pocas personas", concluye Molina. Así lo han vivido recientemente en unas jornadas de la Universidad de Alicante en las que "intentaron provocar alguna respuesta por parte nuestra", recuerda. A eso puede añadir que en el camino a su casa se cruza con una pintada amenazante: 'Masones al paredón".
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