Toda la zona costera mediterránea española sufrirá con mayor virulencia que el interior peninsular los fenómenos meteorológicos más extremos del cambio climático, como lluvias torrenciales muy localizadas y en muy poco tiempo, situaciones para los que no se está preparando de forma adecuada.
Esta es una de las conclusiones a la que se ha llegado en el encuentro informativo 'Cogobernanza en la transición ecológica', en el marco de los Diálogos EFE Medio Ambiente, en el que se ha puesto de manifiesto que esa mayor afección de la costa mediterránea obedece precisamente a que el mar Mediterráneo "se calienta 2 o 3 veces más que otros océanos", lo que implica una acumulación de energía que se libera en forma de fenómenos extremos.
Aunque este tipo de anuncios puedan parecer catastrofistas, la concejala de Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de Valencia, Elisa Valía, ha considerado que la divulgación tiene que ser rigurosa y se debe tratar a la ciudadanía como a "individuos maduros que pueden tomar sus decisiones", diciéndoles la verdad sin "edulcorar ni enmascarar las cosas".
Valía, que también es presidenta de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (EMSHI), que gestiona los recursos hídricos de 48 municipios, ha considerado que la cogobernanza con todos los agentes sociales y económicos es imprescindible para que se puedan acometer estos retos, ya que si no se alcanza una "hoja de ruta común y trabajamos de forma conjunta la situación es inabordable".
Paliar los efectos
Los participantes también han coincidido en la necesidad de esa cogobernanza interinstitucional, ya que las posibles actuaciones para adaptarse o paliar los efectos de este cambio suelen superar las competencias y las capacidades de los entes municipales.
Entre esos retos, además de hacer frente a fenómenos de gran capacidad destructiva, como las lluvias torrenciales, Valía también ha incluido la gestión de agua, sobre lo que ha dicho que es necesario que "las soluciones que ponemos en marcha hoy sirvan para garantizar el suministro en cantidad y calidad en el futuro, para toda la ciudadanía y el tejido productivo".
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Por su parte, la directora del grupo de Meteorología y Climatología del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Samira Khodayar, ha explicado que "la región mediterránea es uno de los puntos sensibles del cambio climático, ya que experimenta este calentamiento global un 20 % más intenso y rápido que en otras regiones de mundo", al tiempo que las aguas del mar Mediterráneo "se calienta dos o tres veces más que otros océanos".
Este fenómeno de "tropicalización" es el responsable de que, desde 1980, haya habido un aumento de la temperatura superior a 1,5 grados en el mar Mediterráneo, lo cual "tiene implicaciones muy graves para la flora y fauna, el hábitat del Mediterráneo".
Además, mientras que a nivel global se habla de un calentamiento de 1,2 grados desde la época preindustrial, en la Comunidad Valenciana ese aumento alcanza los 1,5 grados y en algunas zonas de Murcia llega a los 2 grados, es decir, que "estamos muy por encima del calentamiento medio global".
Más impacto en el este peninsular
Esto implicará "impactos muy importantes en la zona continental próxima" al litoral de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia o Andalucía, ya que "el potencial de energía disponible para las precipitaciones torrenciales es muchísimo mayor".
En general, España va hacia un escenario de futuro cada vez más cálido y seco. "Esto es así y nos tenemos que preparar para ello, porque la prevención es central", ha defendido Khodayar, y ha añadido que la arquitectura y el urbanismo van a jugar "un papel fundamental" en este cometido.
Preguntada sobre si la zona está preparada para el cambio climático y sus efectos, ha ofrecido una "respuesta contundente y clara: no". "El cambio climático es un hecho que ya estamos viviendo, no es un hecho que va a venir en el futuro" y las "decisiones que se tomen en esta década van a ser fundamentales"
Por su parte, el decano del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, Luis Sendra, ha afirmado que "es cierto que se toman medidas, pero tenemos problemas burocráticos", y ha citado como ejemplo los planes urbanísticos de la mayoría de municipios, que "son todos muy antiguos, porque hacer un plan urbanístico nuevo está costando una media de entre 12 y 20 años".
"Ningún alcalde, con un mandato de cuatro años, se lanza a modificar el plan" porque su tramitación "va a durar más que su legislatura", ha señalado Sendra, si bien ha querido "romper una lanza por lo que está haciendo el Ayuntamiento de València", ciudad que ha sido designada como Capital Verde Europea en 2024, lo que refleja "el trabajo que hay detrás" y "el esfuerzo porque estas cosas avancen y se vea socialmente" la necesidad de paliar una situación que "nos va a llevar a la catástrofe".
La directora del área técnica de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Elisa del Río, ha coincidido en que "somos uno de los territorios de la península en los que hay mayor riesgo" y ha instado a "pensar ya en soluciones contra el cambio climático y trabajar en el agua".
Del Río se ha mostrado partidaria de un abordaje "en todas sus vertientes: tanto en la eficiencia en el consumo, donde ya se está trabajando en el modelo de cogobernanza, como en un planteamiento estratégico".
"Tenemos que aprovechar la desalación, la reutilización, la regeneración del agua", ha subrayado la empresaria, que ha añadido que es "un terreno en el que todavía nos queda por trabajar, pero hemos avanzado", y "la Comunidad Valenciana es pionera en la complementariedad de los usos del agua y en la desalación".
Ha lamentado además que la planificación hidrológica se hace para cinco años y, sobre todo, que al final no se realizan más del 50 % de infraestructuras previstas, lo que hace muy complicado que se pueda estar efectivamente preparado para afrontar los efectos del cambio climático.