Los padres del joven legionario de 22 años que falleció de un disparo en unos ejercicios de adiestramiento con fuego real en Agost (Alicante) han defendido que la muerte de su hijo no fue un accidente sino que "se le mató y se le remató" al intentar "engañar a todo el mundo" ocultando los hechos.
Juan José y Rosario han hecho estas declaraciones antes de comenzar el juicio en el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, contra un sargento acusado por la muerte de Alejandro Jiménez el 25 de marzo de 2019 y otros tres militares que presuntamente lo encubrieron.
La madre del legionario fallecido ha declarado que entiende los accidentes pero "no cuando lo ocultas y lo manipulas y te permites luego reírte". "Uno lo mató y otros lo remataron", ha apostillado.
El padre ha afirmado que la muerte de su hijo "no fue un accidente sino una locura que hizo el sargento", ya que -ha explicado- "si tienes el blanco delante no hay explicación lógica de cómo cae a su izquierda por un proyectil directo del sargento, puesto que si el blanco lo tiene delante por qué dispara a la izquierda".
"Es una locura que se le ocurrió al sargento y le ha costado la vida a mi hijo", ha lamentado Juan José, que ha asegurado que cuando fue a recoger las cosas personales la Guardia Civil le dijo que "mentían desde el minuto cero" en relación a cómo sucedieron los hechos. Según su versión de los hechos, el sargento "no tenía que haber disparado y después intentaron engañar a todo el mundo".
En este sentido, la madre del legionario ha declarado que "si cometes un error, reconócelo porque no me vas a devolver a mi hijo pero que no me digan que es un accidente después de lo que han hecho" y ha desvelado que ha recibido mensaje de ánimo de militares en activo que quieren que se "limpie el Cuerpo de esta gente que hace este tipo de cosas".
Según Rosario, el Ministerio de Defensa debería ser el primero en querer "limpiar a esta gente" ya que la Legión es un cuerpo profesional del Ejército y "no es como antes donde solo había expresidiarios".
Ha contado que su hijo siempre quiso ser legionario por vocación y ella lo apoyó para que lograra su objetivo en el que puso un gran empeño personal, ya que era jugador de rugby y tuvo que perder 42 kilos.
Además, Alejandro quería ayudar a la gente y participar en misiones internacionales para "aportar algo a los que más lo necesitan", ha rememorado la madre, que se ha mostrado orgullosa de su hijo.