La Guardia Civil ha destruido una bomba de la época napoleónica que había sido hallada en el castillo de Peñíscola por un grupo de arqueólogos que estudiaban y restauraban este inmueble.
Tras el hallazgo, estos arqueólogos dieron aviso a la Guardia Civil y fueron los especialistas del Equipo de Desactivación de Explosivos (EDEX) quienes trasladaron la bomba a una zona de seguridad.
Se trataba de una bola de cañón napoleónica de 76 kilos de peso y un diámetro de 3.100 milímetros, cargada con pólvora negra, como se pudo comprobar tras varias detonaciones controladas para su apertura. Los restos serán entregados a los restauradores arqueólogos para su posterior estudio y documentación.
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La Guardia Civil ha recordado que si se encuentra algún artefacto explosivo o con apariencia de serlo en un paraje, zona de labranza o posibles dobles fondos de casas antiguas se extremen las precauciones y, sin tocarlo, se dé aviso al 062.
Si se encuentra en un paraje se debe volver por la misma ruta por la que se accedió, señalizar con ramas o ropas el lugar -y si es posible dar las coordenadas ayudados por el teléfono móvil-, y esperar la llegada de los agentes a una distancia mínima de 300 metros.
Escenario del conflicto
Cabe recordar que la fortaleza del castillo de Peñíscola, construida por los Templarios a principios del siglo XIV, fue uno de los escenarios de la guerra entre España y la Francia de Napoleón a principios del siglo XIX.
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El asedio y bombardeo contra Peñíscola, ciudad de Castellón, comenzó en enero de 1812. Se enmarca pues, en este periodo, la bomba localizada dos siglos después de aquel acontecimiento histórico que acabó con la expulsión del ejército francés que pretendía invadir y ocupar la península.