El negocio de la venta de prensa y revistas impresas está en franca decadencia. Así lo explican veteranos quiosqueros de la provincia de Alicante, que buscan formas alternativas de mantenerse, como la entrega de paquetería. Cada negocio que se cierra ya no se traspasa porque las ventas de periódicos y revistas en papel no tiene futuro. La crisis de 2008 asestó un fuerte golpe al sector. La crisis del Covid-19 le puso la puntilla.
"Hace unos años, un estudio cifraba los consumidores de prensa en el 20% de las personas que pasaban por delante de un quisco. Hoy en día se han cambiado los hábitos de consumo porque han cambiado", explica Sergio Pérez, presidente de los quiosqueros de Elche. Una asociación en la que han entrado algunos quiosqueros de Alicante después de que desapareciese hace unos años la asociación de la capital.
Hasta la crisis de 2008 los quioscos en Alicante y Elche se contaban por centenares; hoy apenas quedan un par de decenas en ambas ciudades. "Han cambiado los horarios de la gente y su lugar de residencia. Ahora se entra antes a trabajar y por la tarde muchos niños ya no tienen clase. La gente está menos en las calles y los matrimonios jóvenes se han mudado a los extrarradios y van siempre en coche. ya sólo compran periódicos los mayores, los que están acostumbrados", relata Pérez.
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José Gil, presidente de los vendedores de prensa del Vinalopó es propietario de la papelería Ana, de Elda. Su negocio tiene 51 años de historia y él empezó a trabajar con sus padres cuando tenía 11. Ha vivido bajo diferentes coyunturas económicas y reconoce que ha habido "épocas doradas" en un sector que "tiende a desaparecer".
Gil recuerda como en las últimas décadas del siglo pasado la venta de periódicos, revistas y coleccionables "era rentable porque el era el medio más común para informarte". "Por ejemplo, en revistas, comenzamos con dos publicaciones especializadas en muebles en las estanterías y luego llegamos a tener más de 30 revistas de decoración. Y así en todo, motor, deporte... Pero con la última crisis, la de la pandemia, casi todas han desaparecido".
Por eso ahora apuesta por "reinventarse" como punto de recogida y entrega de paquetería. "Si no puedes vencer a Internet, te tienes que aliar". Pretende que su papelería subsista, poder seguir vendiendo libros porque "la gente sigue comprando novelas". Y ve en este servicio una alternativa que deja casi los mismos beneficios por paquete que un periódico o una revista.
Frente a esta visión de futuro está la de Pérez. "Para mí entrar en el negocio de la paquetería es una equivocación, y lo digo porque yo lo he hecho durante cuatro cinco años". Pérez explica que "no compensa porque analicé lo que se podía obtener y a mí me salía un beneficio de 76 céntimos al día".
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"No compensa ni aunque se pague el doble de comisiones". Después, relata la cantidad de problemas que conlleva no sólo la entrega, sino las devoluciones "porque la gente se cree que las tienes que gestionar tú, incluso cerrarles las cajas". "Por ese dinero no expongo la imagen de mi negocio ni mi trabajo", añade.
Para Pérez, el futuro de los quioscos de prensa pasa por "potenciar y especializar" la información. "La gente quiere calidad en las informaciones e investigación a un buen precio y ven que el periodismo que se hace ahora no es bueno. No están dispuestos a pagar por noticias frívolas día a día, pero sí por buen periodismo", concluye.
Por otro lado, se han recrudecido las "guerras" entre quiosqueros y distribuidoras. Mejor dicho, señala el quiosquero ilicitano, "la distribuidora, porque sólo queda una". Por eso, la única forma de ganar es uniendo fuerzas.
Lucía Guzmán es la propietaria del quiosco Lucía de la Explana de España, en Alicante. Fue presidenta de la asociación local de vendedores de prensa y revistas durante dos años antes de que desapareciese. Ella considera, como sus compañeros, que la prensa digital es la que ha acabado con el negocio. Pero también el hecho de que ya nunca lleguen los periódicos antes de la 7 de la mañana.
Su negocio funciona porque al estar en un lugar tan turístico también puede vender otros productos que minimizan las pérdidas de la venta de prensa diaria o especializada. "No obstante, al ser una concesión municipal tampoco te dejan vender de todo", se queja.
Para Lucía el negocio de la paquetería no es la solución. "Eso lo podrán hacer quienes tengan espacio para almacenaje pero en quioscos como el mío apenas hay espacio y la paquetería no es una opción", señala.
Rafael García, regenta el quiosco Rafael de la Rambla. A diferencia de Lucía Guzmán él si está en trámites para hacerse receptor y emisor de paquetería. "Al fin y al cabo, te deja el mismo beneficio que un periódico", concluye.