La Comunidad Valenciana ha estado en permanente campaña electoral desde el mismo día en que se supo el nombre del aspirante del centroderecha a gobernarla a partir del 29 de junio, Carlos Mazón (PP). Pero si hay que poner una fecha de inicio fue en enero, cuando el PPCV lanzó su primera campaña de comunicación bajo el lema: "Sonríe, ya se van".
A partir de la elección de Mazón, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig (PSPV-PSOE), comenzó a verle como un rival a tener en cuenta. Por eso, Puig desde entonces ha evitado coincidir con Mazón en cualquier acto público (no siempre ha sido posible), incluso con vetos institucionales que no han pasado inadvertidos.
Desde el PSPV-PSOE (y el Botánico en general) también se ha elevado el tono a la hora de transmitir el mensaje de que la Comunidad Valenciana es la alternativa al modelo que ha impuesto la popular Díaz Ayuso en Madrid. Si ya en pandemia se criticaron las decisiones madrileñas o incluso su permisividad para que llegasen a la Comunidad residentes de la capital, el asunto se enquistó por la infrafinanciación autonómica y el papel tractor de la capitalidad española.
Por su parte, el PP ha utilizado desde el primer momento el argumento de que Ximo Puig no tiene peso político en Madrid. Ni para arreglar la financiación económica, ni los Presupuestos Generales del Estado en Alicante, ni atraer agencias nacionales como la de la IA o la Aeroespacial, ni para proteger los intereses valencianos, como en el caso del trasvase Tajo-Segura.
Sin embargo, el punto álgido de esa confrontación llegó el otoño pasado con las propuestas fiscales lanzadas tanto por Carlos Mazón como por Ximo Puig, alineadas o confrontadas con las que se aplican en Madrid. Un asunto que ha llegado hasta el final de campaña, como se pudo demostrar en el debate de À Punt del pasado jueves.
De hecho, ese debate ha sido de los pocos cara a cara entre Mazón y Puig durante una campaña en la que los socialistas han basado su discurso en que Puig es "El President" y los populares en el "cambio" que se puede producir esta noche.
Los argumentos se han ido diluyendo conforme pasaba la campaña. El PSPV-PSOE pasó de la defensa de sus políticas a la ofensiva, generando todo tipo de discursos en las redes sociales en contra del PP basándose en los casos de corrupción del pasado. Incluso difundiendo vídeos y memes basados en conocidas películas.
El PP, no obstante, resistía con Carlos Mazón acudiendo a todos los debates y viajando por toda la Comunidad. Siempre con mensajes de reforma de las políticas del Botánico: reforma fiscal, blindaje de la sanidad pública, libertad de elección de los padres en los centros educativos.
Hasta que el pasado viernes, último día de campaña, los de Ximo Puig distribuyeron un vídeo "distópico" -más bien ucrónico- sobre cómo será la Comunidad Valenciana si gobierna Mazón de la mano de Vox. Era el golpe final de la estrategia de oposición a la oposición o del "discurso del miedo", como lo han definido desde el PP.
Mazón y el PPCV, sin embargo, no respondieron con memes. Terminaron la campaña como la habían empezado, con un vídeo en el que resumían todos los argumentos "del cambio que mereces", con un líder tranquilamente paseando por una playa y explicando sus principales propuestas.