Alicante

El hombre enjuiciado por la Audiencia de Alicante y acusado de ocho delitos de agresión sexual, lesiones, amenazas, detención ilegal y maltrato habitual ha negado este lunes los hechos y ha acusado de celos a la denunciante, quien ha asegurado que le daba "miedo" estar con él y que le obligaba a estar a su lado las 24 horas del día.

El hombre, para el que la Fiscalía solicita 25 años y medio de prisión por agredir sexualmente de forma continuada a su pareja sentimental, maltratarla y someterla a violencia psíquica y física durante los quince años de la relación, ha afirmado que "nunca" se le habría "pasado por la cabeza" ponerle "la mano encima" a su expareja.

Asimismo, ha sostenido que la denunciante tenía celos de él y "se pensaba" que mantenía relaciones sexuales con la hermana de la denunciante.

Al respecto, el cuñado de la pareja -marido de la hermana de la denunciante- ha negado cualquier maltrato y ha señalado que si hubiera visto algo, "no lo tendría como encargado" de la empresa que regenta: "No voy a tener en mi empresa a un monstruo", ha relatado el varón, que al mismo tiempo ha explicado que su relación con la mujer era muy buena.

No obstante, ha dicho que la denuncia de su cuñada a su excuñado es "la mayor aberración" que ha visto: "Y eso que yo soy el cuñado de sangre, por lo que debería ir contra él y apoyar a mi cuñada", ha precisado el hombre, que ha lamentado que la mujer denunciara un quebrantamiento de una orden de alejamiento cuando el varón "acababa de fichar en su trabajo".

Por su parte, la denunciante, que ha asegurado que cuando él se marchaba a trabajar no la dejaba salir de casa o del coche en el que vivían, ha resaltado que le controlaba el teléfono móvil y no dejaba a la víctima relacionarse con normalidad con su familia.

Así, ha explicado que el hombre le tiraba al suelo el móvil si cambiaba el pin del teléfono, le "cogía de los pechos o de los pelos" y ha negado que fuera celosa: "Cómo voy a ser celosa de un hombre con el que no quería estar", ha recalcado.

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También ha destacado que si no había salido de la relación durante los quince años de la misma fue por miedo, porque le "amenazaba las 24 horas", pero ha asegurado que ella "nunca" quiso estar con él y que le llegó a poner "una pistola en la cabeza".

Según el escrito de la Fiscalía, durante la convivencia eran habituales los castigos físicos, con golpes por todo el cuerpo, especialmente en las lumbares, donde el procesado sabía que la mujer tenía problemas de salud, quemaduras de cigarros o retorcimiento de pezones.

Asimismo, el texto explica que a lo largo de la relación, el hombre obligaba a la mujer a mantener relaciones sexuales mediante el uso de la fuerza pese a que ella se negaba, e incluso perdió un diente por un puñetazo de su expareja, un hecho que ha ratificado la mujer y negado el varón