Alicante

Todos los veranos pasa: avistamientos de tiburones, usualmente de gran tamaño como las tintoreras, en las inmediaciones de puntos turísticos como Benidorm o, en el caso de este mismo jueves, Orihuela. Allí apareció un escualo de dos metros que hizo cerrar la playa de Aguamarina y asustó a los bañistas. El encuentro, como sucede siempre, se saldó sin ningún tipo de daños y todo quedó en un susto.

Sin embargo, la presencia de estos animales es común en el Mediterráneo, donde conviven casi un centenar de especies. En verano suele haber más avistamientos porque la costa es más frecuentada, pero es que además cuando los ejemplares se acercan tanto a la costa se suele deber a que tienen algún problema, están desorientados y van a morir.

Así ocurrió en el caso del de Orihuela, donde el tiburón reapareció por la tarde en una playa cercana agonizando, y lo mismo sucedió en Benidorm en verano del año pasado, con un ejemplar de tintorera que se dejó ver en varias calas de la comarca.

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Es más: no hay ataques documentados de tiburones en la costa alicantina, y otros animales de apariencia más inocente (como el pez golfar) han registrado más incidentes. La prensa británica ha atribuido a veces falsamente algunos de estos episodios a los tiburones, pero sin pruebas. 

Como señalan los expertos, el avistamiento de tintoreras es relativamente habitual en esta zona del Mediterráneo aunque no tan cerca de la orilla, por lo que se especula que haya podido llegar hasta ahí siguiendo un grupo de peces o debido a la temperatura inusualmente alta de la capa superficial del mar.

Aún así, se desconoce a qué se debe gran parte del comportamiento de estos animales. Luis Ferrero Vicente, Doctor en Ciencias del Mar y biólogo marino en Mundomar (Benidorm), ya explicó a EL ESPAÑOL "el avistamiento de tiburones en aguas del Mediterráneo es algo habitual, siendo la tintorera uno de los escualos más comunes", pero que "los varamientos son mucho menos frecuentes, y en la mayoría de los casos va a responder a una conducta anómala del animal".

El biólogo afirmó que, en el caso de varamientos de cetáceos, "se dispone de un registro más detallado y un mayor seguimiento", mientras que para los escualos "no existen muchos registros y se desconoce gran parte de la ecología de estos animales".

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En los que sí se ha puesto de acuerdo la comunidad científica es que, en los próximos años, podría haber una extinción masiva que acabara hasta con un tercio de las especies. En octubre del año pasado 400 expertos internacionales debatieron en el Oceanogràfic de Valencia cómo "frenar la extinción masiva" de tiburones, rayas y quimeras, los vertebrados más amenazados del planeta sólo por detrás de los anfibios.

Como causas citaron "la presión pesquera, la destrucción de sus hábitats naturales y la crisis climática" son, de acuerdo con los especialistas, los principales responsables de que se pueda producir esta extinción masiva, que supondría la pérdida de pesquerías comerciales y la degradación de ecosistemas, como los arrecifes de corales.