Este lunes se ha celebrado en la Audiencia Nacional el juicio contrao dos hombres de nacionalidad argelina acusados de apuñalar a otro compatriota después de robarle un teléfono móvil mientras dormía en una playa de Benidorm y de que este les persiguiese.
Sin sorpresas, han negado la autoría de los hechos, han tratado de presentar a la víctima como agresor de ellos junto con otros dos individuos y no se ha podido aportar la presunta navaja como prueba ya que la Policía no dio con ella.
Y es que los dos procesados han sostenido una versión opuesta a la mantenida por la víctima y por la Fiscalía al explicar que, en realidad, había sido ese tercer hombre, supuestamente agredido, quien les había golpeado a ellos con la ayuda de otros dos conocidos que ejercían como porteros de discoteca.
Así, los dos han negado ante el tribunal de la Sección Tercera que intentasen robarle el teléfono móvil y que le propinasen puñaladas para zafarse de él, después de que este tratase de perseguirles tras su huida.
El suceso tuvo lugar en torno a las 1:15 horas de la madrugada del 21 de mayo de 2022, en el entorno de la playa de Levante de Benidorm, donde la Fiscalía sostiene que los dos procesados se conjuraron para sustraer el móvil de un tercero, mientras se encontraba tumbado sobre la arena de la playa.
Éste inició una persecución para recuperar el teléfono hasta que los dos acusados se detuvieron y le asestaron varias puñaladas en el abdomen, en el antebrazo y en la cara, provistos de un arma blanca.
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Con todo, una llamada al 091 propició la intervención de la Policía que acudió al lugar del suceso e interceptó y arrestó a los dos acusados y procuró una primera asistencia médica a la víctima.
La acusación pública solicitaba inicialmente una pena de nueve años y nueve meses de prisión para cada uno de los acusados por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de robo con violencia, mientras que las defensas demandaban su absolución al interpretar que no existían suficientes pruebas que acreditasen la veracidad de los hechos ni su responsabilidad.
En concreto, el primer acusado ha sostenido que en realidad era la víctima quien le había amenazado con carácter previo, al parecer, por una disputa relacionada con las drogas, y que fue este quien se aproximó hasta la playa donde se encontraba con el segundo de los acusados con la intención de agredirle.
Así, ha sostenido que su compañero intentó defenderle y que, entonces, la supuesta víctima llamó a dos conocidos que acudieron en patinete y que comenzaron a golpearles provistos de una barra de hierro o de un bate de béisbol.
En ese momento, según ha declarado, él empezó a correr y encontró a una patrulla de policía a la que dio el alto para pedirles auxilio, una versión que el segundo de los acusados también ha mantenido e, igualmente, ha negado que él y el primer acusado apuñalasen a la presunta víctima del robo.
La supuesta víctima
Sin embargo, la supuesta víctima del robo y de las puñaladas, que ha declarado como testigo, ha rebatido esas explicaciones al sostener que él se encontraba en la playa cuando le robaron el móvil, momento en el que inició la persecución del primero de los acusados para recuperar su teléfono hasta que logró zancadillearlo y tirarlo al suelo, para enzarzarse en una pelea en la que habría recibido una primera puñalada.
Después, mientras seguía forcejeando con ese primer acusado, el segundo procesado le asestó nuevas puñaladas y, cuando ambos agresores intentaron huir, él emprendió su persecución pese a encontrarse herido hasta que la intervención de la Policía permitió detener a los dos acusados.
Así, ha negado que él llamase a ningún conocido para golpear a los dos acusados y ha descartado que tuviese en su poder una barra de hierro o un bate de béisbol puesto que se encontraba sobre la arena de la playa.
Tres policías que participaron en el operativo, por su parte, han declarado que interceptaron a los dos acusados caminando de forma apresurada por la calle y que la víctima les señalaba identificándole como sus agresores. En todo caso, han señalado que no encontraron navajas ni ningún otro elemento capaz de provocar las heridas tras realizar una búsqueda en el lugar del suceso.
Por último, una de las médicos forenses que emitió un informe sobre las heridas sufridas por la víctima ha apuntado que las puñaladas no fueron punzantes y que no alcanzaron a ningún órgano vital.