Ni estar en el Gobierno de la Generalitat trae paz a Vox en la Comunitat Valenciana. Con el inicio del año se formaliza la anunciada caída de la síndica Ana Vega y desde Alicante protestan con crudeza por la deriva de la formación de Santiago Abascal y la pérdida de poder territorial que supone para la provincia.
Al hacerlo reivindican la importancia que tiene el territorio en materia de votos. En Alicante reunieron en las urnas 98.819 papeletas sobre las 302.900 de todo el territorio en las elecciones del pasado mayo. Si bien es cierto que la provincia de Valencia aporta más, 167.250, la sobrerrepresentación de cargos llegados del norte y centro molesta en el sur.
Es un vuelco respecto al panorama que había en 2019, cuando la formación conseguía entrar en las Cortes Valencianas por primera vez. El entonces secretario general de Abascal era Javier Ortega Smith y su mujer de confianza aquí era Ana Vega. Cuatro años después, cambian las tornas porque este perdió ese cargo en otoño de 2022 en beneficio de Ignacio Garriga.
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Y con la llegada del catalán, la reestructuración durante el 2023. Como explican fuentes internas del partido a EL ESPAÑOL, la decisión se toma en Madrid: "Aquí todo se hace desde allí". Y con esa justificación baja a Alicante Ignacio Hoces, el nuevo vicesecretario nacional de institucional. En una reunión con Vega le comunica que dejará de ser la síndica y que su sustituto será José María Llanos.
El relevo supone la puntilla a la desaparición orgánica de Alicante en el entramado de la formación, ya que Llanos era el líder en la provincia de Valencia. En el comunicado en que lo hacían oficial a mediados de este pasado diciembre decían que "se opta ahora por dar la portavocía a un representante de Valencia con el objetivo de realizar un reparto de funciones entre los representantes de las diferentes provincias".
Una redistribución que, como denuncian ahora desde Alicante a EL ESPAÑOL, no se ha producido. No se trataba de un cambio que llegara por sorpresa ya que se asumió el cambio de tendencia que se producía con la entrada de Garriga. De hecho, así sucedió a principios de 2023 cuando se decidió que Mario Ortolá, el marido de Ana Vega, cedería la cabeza de lista municipal a Carmen Robledillo ya que también era un hombre de confianza de Ortega Smith.
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Lo que ahora está molestando que en el cambio de cartas sea desde Valencia donde se queden con toda la baraja para todo este mandato, cuando el partido está consiguiendo su máxima cuota de poder en la Administración gracias al pacto autonómico con el PP. Y así empiezan a hacer públicas sus discrepancias en una formación que hasta ahora se mantenía opaca al respecto. "Hay malestar en general en Vox en toda España porque lo que han hecho aquí lo están haciendo en toda España", afirman estas fuentes internas.
En el Partido Popular ya hay voces que hablan de una formación que se deteriora rápidamente, como le sucedió con anterioridad a Ciudadanos, y de un socio que necesitan para mantener determinados gobiernos. A pesar de eso, la fricción entre las dos formaciones se ha podido ver esta semana en la Vega Baja con el concejal de Cultura de Orihuela por Vox negando una subvención a un premio de poesía internacional para la fundación Miguel Hernández y el alcalde popular saliendo a desmentirlo.
En Alicante insisten en el descontento porque la provincia "no tiene representación en los gobiernos" surgidos tras las elecciones municipales y autonómicas del 28M. De hecho, la excepción que confirma la regla para esta situación sería Eduardo Ruiz, el que fuera diputado en el Congreso en la legislatura anterior y que ahora es secretario autonómico de Justicia. "Es el único cargo de gobierno que tenemos. Todos los demás o son de Madrid o son de Valencia o son de Castellón. Vox ha ninguneado a la provincia de Alicante", concluyen.
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