Alicante

Mediante un decreto de marzo de 2022, la Generalitat Valenciana bajo el gobierno del socialista Ximo Puig, constituyó la "Sociedad Valenciana de ITV, SA" (SIVAL), para la prestación mediante gestión pública el servicio de inspección técnica de vehículos que llevaba 25 años en régimen de concesión. Hace un año, en febrero de 2023, se consumó la reversión. Desde entonces, no han dejado de sucederse las quejas de la ciudadanía que tiene que esperar dos meses de media para realizar la inspección de su vehículo.

Las quejas comenzaron desde el primer momento. Tanto, que el gerente de esta entidad, Josep Albert Quilis, tuvo que salir al paso en enero de 2023 para "lanzar un mensaje de "tranquilidad" en el proceso de reversión de las ITV, según recogía la propia Generalitat en un comunicado de prensa.

Un mes después, la Generalitat anunció la puesta en marcha de "una nueva web de cita previa". Los ciudadanos, continuaba la nota, pueden "seleccionar la estación de ITV que más les convenga y, después de rellenar un formulario con datos personales y del vehículo, reservar día y hora (en horario ininterrumpido de lunes a sábado desde las 8.00 horas hasta las 19.30 horas) para realizar la inspección".

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Sin embargo, el objetivo de conseguir "una gestión directa, de calidad, más eficiente, competitiva y transparente" se ha quedado en nada y tras un año el tiempo de espera y las críticas de los ciudadanos no han dejado de sucederse.

El sistema de otorgamiento de cita se basa en un proceso que con una cadencia semanal o incluso mensual, cada estación de ITV establece un número mínimo diario de citas por categoría de vehículo. Diariamente y en función del personal inspector disponible para el día siguiente se aumentan dichas citas, por lo que es posible que si se accede a la web de solicitud en un determinado momento se encuentren citas para el día siguiente, y en otro momento no existan citas disponibles en todo el mes.

Sin embargo, con la reversión a la gestión pública hay menos inspectores que cuando la gestión era mediante concesión. Por ley, el proceso de reversión debía mantener las condiciones laborales de todo el personal a revertir, lo que dio lugar a que el personal con contrato laboral de carácter temporal, pasase a SITVAL en esa condición de temporalidad.

Pero con lo que no contó entonces en gobierno de Ximo Puig es que una vez vencieran los contratos temporales, dado el carácter público de SITVAL, y siendo entonces aplicables las condiciones de contratación de personal de la Generalitat Valenciana, no era posible aumentar las plantillas de personal con contrato indefinido y tampoco es posible ahora volver a contratar de manera temporal a las mismas personas, quedando pues las plantillas reducidas a aquellas personas que poseían contratos indefinidos.

Las plantillas de SITVAL se han reducido así en un 20% de sus trabajadores, que a su vez produce una disminución de producción y de la posibilidad de dar citas previas. Si con la concesión privada la demora era de 15 días, ahora llega incluso a los dos o los tres meses. Y sin poder contratar más personal, el tiempo de espera irá aumentando paulatinamente.

Este regalo envenenado de la reversión para el nuevo Gobierno de la Generalitat supone que si no se puede contratar más personal, a final de 2024 se podría llegar una cantidad de vehículos que no han podido realizar su inspección en las fechas previstas -y por lo tanto estarían circulando incumpliendo las normas de seguridad vial-, de cerca de medio millón de vehículos (un 20% del número de inspecciones anuales) de las ITV valencianas.