Alicante

En 1986, el entonces Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, publicó en el BOE la declaración de "Reserva Marina" en la isla de Tabarca, perteneciente a la ciudad de Alicante. La única isla habitada de la Comunitat Valenciana, cuenta desde hace 38 años con una estricta prohibición de toda clase de pesca y cualquier extracción de flora o fauna marina, lo que le ha permitido tener unas de las aguas más cristalinas del Mediterráneo.

Como señala el propio Ministerio, la riqueza de sus fondos "comprende aguas interiores (40%), competencia de la Generalitat Valenciana, y aguas exteriores (60%), cuya gestión compete a la Administración General del Estado, poseyendo en su conjunto una superficie total de 1.754 hectáreas".



"Sus fondos oscilan entre los 0 y 40 m de profundidad y albergan praderas de Posidonia oceanica en óptimo estado de conservación lo que favorece la regeneración de los recursos pesqueros de la zona. La reserva integral comprende la zona más oriental y de mayor profundidad", añade.

La calidad de las aguas que las hacen ideales para el submarinismo (sólo permitido a aficionados con certificación) y snorkel, está determinada por la pradera de Posidonia oceanica, "en regresión en otras zonas del Mediterráneo, que presenta en los alrededores de la isla de Tabarca un óptimo estado de salud: es extensa y densa, ofreciendo alimento y refugio a múltiples especies de invertebrados como la nacra (Pinna nobilis), actualmente rara, y vertebrados, directa o indirectamente implicados en las pesquerías locales".



El oxígeno que producen estas praderas marinas depura y enriquece las aguas, al tiempo que sirve de refugio para gran cantidad de larvas y alevines de peces. "Las raíces de la planta contribuyen a la formación y conservación de las playas, reteniendo el sedimento fino y atenuando el efecto erosivo de las olas y corrientes. Y los arribazones de las hojas muertas forman lechos característicos en la costa, que indican el buen estado de conservación de los fondos circundantes", sostuvo el Ministerio para su preservación.



Entre las especies que se pueden encontrar en sus fondos destacan los serranos, meros, congrios, morenas y salmonetes, entre otras, así como especies nadadoras bien representadas por salpas, corvas, chirretes, doradas y seriolas.

Una de las imágenes del concurso de fotografía de Tabarca, del Ayuntamiento de Alicante Alicante Turismo

La documentación requerida para el buceo en la isla es: titulación de buceo, DNI, certificado médico y seguro de buceo, con al menos 7 días de antelación. Si por el contrario el visitante prefiere las playas y calas, cuenta con muchas posibilidades. Empezando por la playa de la Isla tiene, de arena gruesa y cantos, una longitud de 360 metros y una anchura media de 30 metros.

En la zona oriental de la isla se encuentran Cala Menaca, Cala Rata, Platja de la Faroleta y la Platja Gran. Y en la zona occidental, junto al entorno urbano, está la histórica a Cova del Llop Marí, también muy apreciada por los buceadores.

Un poco de historia

Tabarca, que en realidad no es una isla sino un diminuto archipiélago, es conocida desde la Antigüedad por su cercanía a las costas de Alicante, Elche y Santa Pola. De hecho, en su Geografía, Estrabón la describió bajo el nombre de Planesia, por la ausencia de colinas o cerros en su orografía. 

La isla principal de este archipiélago toma su nombre de esta historia, Isla Plana. Se trata de la de mayor superficie (30 hectáreas) y la que alberga el pueblo histórico (ciudadela amurallada) donde se instaló a los supervivientes de la Tabarka tunecina. Pero junto a ella hay otros islotes como La Cantera, al oeste; La Galera, al sur; , y La Nao, al este, así como escollos denominados la Naveta, Sabata, Cap del Moro, Escull Negre o Escull Roig.

Todos estos islotes están declarados desde el año 2000 ZEPA (zona de especial protección para las aves), mientras que el pueblo es desde el año 1964 Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.

Como recoge el folleto informativo del Ayuntamiento de Alicante, el nombre cambió en "1770, que fue el momento en el que arribaron a la isla para su colonización definitiva un contingente humano de unas 300 personas de origen genovés, excautivos en territorio argelino, que fueron rescatados por la corona española en época de Carlos III, y que habitaron años atrás la pequeña isla tunecina de Tabarka, y de ahí el nombre otorgado a la Isla alicantina en recuerdo de aquella".