Alicante

Partido Popular, PSOE y Compromís se unen en un debate de EL ESPAÑOL para hablar de sus políticas LGTBI en la provincia de Alicante. En el día del Orgullo de este colectivo los representantes de estas formaciones han contrapuesto sus visiones, han denunciado lo habitual que es sufrir ataques lgtbifóbicos y reivindicado la importancia de generar espacios donde compartir propuestas.

La librería Pynchon ha reunido este viernes a Santi Carbonell, Emilio Ruiz y Aitor Llobell, los tres ponentes, en un acalorado debate que ha arrancado con PSOE y Compromís explicando la división en la ciudad, donde han rechazado formar parte del despliegue de la bandera arcoíris.

Ruiz, concejal socialista en Alicante, ha subrayado que "siempre hemos defendido el trabajo del colectivo desde la calle" en referencia a su presencia en el acto institucional. "Lo que no íbamos a apoyar es la pantomima que vuelve a hacer el PP mientras está gobernando y haciendo políticas LGTBI de publicidad, como está haciendo en las Cortes con una presidenta que trata nuestra bandera como un trapo", en referencia a Llanos Massó de Vox.

Esa dualidad es la que Aitor Llobell, concejal de Compromís en Teulada, define como "pinkwashing, una limpieza de las políticas LGTBI". Y así contrapone la posición de la Generalitat, gobernada por PP y Vox, con la de Alicante, donde solo están los primeros: "Si Luis Barcala se ha podido hacer una foto con la bandera gigante de Alicante con Orgullo es porque no gobierna con Vox. Pero ¿de qué nos sirve si le han abierto las puertas a las políticas ultras que nos ponen las cosas tan complicadas al colectivo?".

Santi Carbonell, concejal popular en Alcoy, rechaza ambos planteamientos: "Defendemos que la bandera no es de nadie, por mucho que diga el compañero de Compromís que nos hemos apoderado de ella, cuando es al revés, ustedes la han usado políticamente para lo que les ha interesado. Y ahora, como no están en el Gobierno, quieren tener el poder de algo que es de todos".

En esa línea, el edil alcoyano reivindica el carácter conciliador: "Siempre defiendo que intentemos ir de la mano y que no se aproveche políticamente porque la gente no lo entiende. Muchas veces la izquierda cree que no hay gais desde el Partido Popular que lo defendemos". Pero ahí ha denunciado que ha "recibido amenazas por parte de colectivos de la izquierda por ser gay y del PP. Hay que poner fin y mirar por el colectivo".

Políticos y asociaciones

La celebración del Orgullo este año viene marcada por la participación o no de las asociaciones. Carbonell ha reivindicado a Stephane Soriano, director general de Diversidad en la Generalitat: "Siempre que se le ha llamado ha estado y creo que está habiendo un ataque a su persona muy desproporcionado con grabaciones sacadas de contexto, como las de Catalá", en referencia a la alcaldesa de Valencia, "y no he visto ninguna condena, igual que a Pablo Ruz, que no he visto ninguna condena por parte de la izquierda", a propósito del alcalde de Elche que denuncia ataques homofóbicos.

Ruiz se remonta al presidente Zapatero, destacando que "todo lo que se ha conseguido en derechos, que el Partido Popular ha judicializado hasta hace nada, pero también se han aprovechado para disfrutarlos". "El colectivo es quien tiene que llevar las políticas cercanas porque es el que tiene la especialización y asesoramiento. Lo que tenemos que hacer los partidos que gobiernan es dar apoyo a los colectivos que tienen la cercanía a la ciudadanía, no quitar ni etiquetarles", añade.

Llobell considera que "el Gobierno de Mazón está copiando la relación con las asociaciones LGTBI en Alicante". Ahí ha explicado que en la ciudad no es el Ayuntamiento quien organiza este evento, sino las entidades, "con un Orgullo una semana y luego otra".

Con ello ha señalado el reparto de las subvenciones que estas reciben y las últimas polémicas. "Se crearon asociaciones que venían de la mano de una vicealcaldesa y las regaron con dinero que es lo que están criticando ahora porque tenemos una vicepresidenta que dice que a Lambda Compromís la ha regado con dinero. Vivimos un señalamiento de las asociaciones que, por mucho que les paguen, no se callan".